Cuantas veces hemos orado a Dios y su respuesta es "espera un poco más", pero nuestra paciencia es limitada y no comprendemos por que esperar cuando quiero la solución ya
Esto me trajo a mi mente el porque me desespero cuando hago una petición y no encuentro paz en la respuesta. Dios siempre responde nuestras oraciones, el tema es si nosotros escuchamos su respuesta, la cual puede ser : "si, no o espera".
Como seres únicos y aparentes autosuficientes, pensamos que sabemos más que él, que tenemos todo controlado y las oraciones no las hacemos como actos de adoracion y alabanza pensando en un Dios omnipresente, omnipotente, omniciente. El Dios de toda la creación, el que era, es y será, el eterno "yo soy", sino que vamos a alguien que nos tiene que servir, atender, dar lo que "queremos" atender nuestros caprichos. Pensamos más en su amor, bondad, misericordia, que en su santidad, justicia, y temor.
El medidor de nuestra presencia en el es la paz
El está para escucharnos, no para obedecernos. su presencia continuamente está al lado y en nosotros si realmente hemos nacido de nuevo, la pregunta es si nosotros estamos en su presencia, y ¿cómo sé eso?, el medidor de nuestra presencia en el es la paz, esa paz que nos dejo Jesús, la que no es entendida con la mente humana, esa paz que nos hace pensar, vivir, gozar de las cosas espirituales. Esa paz que nos mantiene alerta y despiertos, esa paz que nos hace vivir un eterno presente, no una paz que se toma ni se inyecta, sino la paz que nos da el Espiritu Santo. Y cuando sintamos eso sabemos que estamos en su presencia y aceptaremos las respuestas de él, porque conoceremos su mente y sus propósitos para nosotros, seremos uno, su amor y santidad nos rodeara y protegera del maligno, y eso es la vida, llegaremos a ser "perfectos", nuestros actos glorificaran su nombre y todo lo que hagamos o digamos llevara fruto.
Aprendamos a esperar en su presencia y nuestra vida será transformada.