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Tener confianza en uno mismo es vital para poder desarrollar nuestra vida de una forma eficaz, provechosa y con alegría.
La confianza personal que tenemos cada uno de nosotros en nosotros mismos depende de varios factores supongo, hay algo de herencia genética pero hay mucho más de nuestra experiencia vital, de nuestro día a día.
Tener la fortuna de que en nuestra familia confien en nosotros, nos apoyen positivamente y nos hagan sentir como personas útiles es con seguridad el factor más importante para poder desarrollar una personalidad de seguridad y de confianza personal en nuestra capacidad.
Nadie nos puede regalar exactamente todo un bagaje de autoconfianza y seguridad personal, no obstante el que los demás crean en nosotros es un gran paso, sino el más grande para la formación de una personalidad fuerte y sana.
Cierto es que todos debemos de trabajar en ello, formándonos académicamente, profesionalmente, e intentando hacer nuestro trabajo lo mejor posible siempre en todo momento y lugar.
No obstante en los primeros tiempos de nuestra niñez y juventud es muy importante que nos sepan enseñar a pensar, a tomar decisiones y que nos traten con igualdad, seguramente la igualdad con los demás compañeros, en nuestras casas, en nuestros colegios e institutos, es vital.
Nada bueno surje del trato desigual, de las circunstancias injustas que nos pueden ocurrir tanto en nuestras casas, como en los centros de estudios e incluso en los primeros trabajos, tanto de prácticas como remunerados.
Está claro que nuestra fortaleza mental debe de forjarse por nosotros mismos, pero pienso que es imposible que una persona sin el apoyo del resto de sus relaciones familiares, académicas, sociales y laborales pueda tener una fortaleza sana, aunque lo aparente.
Si confías en mi y yo confío en ti, las cosas son mucho mejores.. Necesitamos confiar y que confíen en nosotros.
Es tan fácil zozobrar ante las adversidades que parece complicado que personas que han sufrido maltratos e injusticias en sus años primeros, puedan tener un perfecto equilibrio.
Tener un trato lo más justo posible, vivir situaciones de ecuanimidad y sentirse útiles y capacitados para cualquier empresa, es algo de rango mayor.
Desarrollar una vida lo más sana posible, unas circunstancias adecuadas para la realización de nuestros proyectos es más que necesario.
Ejemplos de personas que sin una gran inteligencia han sido grandes en su campo debido al apoyo de su familia que les ha reportado seguridad personal y ejemplos de lo contrario, o sea personas con una inteligencia superior viviendo en condiciones adversas para su equilibrio, no han llegado a triunfar e incluso han acabado con su vida, son conocidas y manifiestas.
La confianza personal no depende del dinero, ni de la belleza de las personas (aunque esos factores puedan ser un apoyo positivo) es algo que no se puede comprar con las riquezas, no obstante pueda disimularse y evitarse las relaciones sociales o comprarse voluntades.
La confianza también se la gana uno, no obstante impera el egoísmo y la envidia en todos los ámbitos de nuestras sociedades tanto a nivel familiar, como académico como laboral.
Saber bregar en esos mares embravecidos y no ahogarnos en olas gigantéscas que a veces son las de un vaso de agua, es un arte que también hay que aprender.
Hay que aprender a templar y a tener paciencia, a ser humilde cuando proceda y orgulloso cuando se necesite, es un complicado equilibrio que depende de tantas cosas...
La verdad es que cuanto antes se empiece a forjar una fuerte personalidad que soporte los empujones y sinsabores de las relaciones, mejor nos irá.
La vida muelle y la sobre-protección son circunstancias que pueden en ocasiones ser contraproducentes para nuestra formación de carácter que redunde en nuestra confianza y equilibrio.
Confiemos en que la confianza nos llene y no nos abandone, y si lo hace, que logremos sobreponernos y recuperarla corregida y aumentada.
Amén.