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La ceguera de Lasso

10/03/2021 19:26 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Si Guillermo Lasso quiere ganar las elecciones tiene que pensar más en la política y menos en el TikTok, debe trabajar más en una campaña territorial con acuerdos programáticos y menos en las redes sociales. ¿Por qué?

El voto de Lasso no es de Lasso. Es una tendencia histórica que se promedia en el segundo lugar de las preferencias electorales, y en un 24% de los votos, desde 1978. Se debe empezar por ahí, por aceptar que ese no es un feudo de nadie. Lasso no tiene comprada esa votación y en cualquier momento puede perderla. Entonces, su apuesta debe consistir en crecer sin retroceder en lo conseguido. ¿Cómo hacerlo?

Primero, Lasso debe trabajar en su propia organización política. Si la UNES, su organización adversaria, consiguió el 32.7% para su presidenciable y el 32.2% para sus legisladores; y, si CREO obtuvo el 19.7% para su presidenciable y el 9.7% para sus legisladores, con una diferencia de 10 puntos entre una y otra campañas, entonces está claro que la primera organización hizo bien el trabajo de bases, mientas la otra no. Si Guillermo Lasso quiere ganar las elecciones tiene que pensar más en la política y menos en el TikTok. Así, y no de otra forma, se produjo el fenómeno Hervas.

Después, como Lasso no tiene un partido político militante, debe buscar uno o varios partidos de apoyo por la vía de las coaliciones programáticas. Lasso tiene que serenar su vanidad de verse progresista en las redes digitales y empezar a trabajar con redes de apoyo territorial. Si cree que eso conseguirá pautando toda la plata del mundo en el internet, está perdido. Lasso necesita trabajar en las calles, en el “puerta a puerta”, en recorridos, en reuniones presenciales y dejar de tirar camisetas desde sus camiones. Tiene que aterrizar, caminar las veredas y dejar el computador de su acomodado despacho. La política por zoom es un fracaso que un puñado de buenos pero ineficientes presidenciales ya experimentaron en la primera vuelta.

Lasso tiene que serenar su vanidad de verse progresista en las redes digitales y empezar a trabajar con redes de apoyo territorial

Además, como Lasso no puede desplegar el mismo trabajo territorial que sus adversarios de la UNES, que es el trabajo que ofrece resultados reales, entonces debe juntarse a las dos organizaciones del centro electoral con mejores resultados en la campaña territorial: el Movimiento de Unidad Pluricultural Pachakutik y la Izquierda Democrática. Con ambos deberá buscar, cuanto antes, la instalación de un gobierno de coalición que integre los contemporáneos liderazgos juveniles, posmodernos, progresistas y de nueva izquierda, liderazgos ecologistas, feministas, colectivistas. El voto conservador tiene un límite que se sitúa en el 20% desde que empezó a competir por la presidencia. Lasso debe renunciar a buena parte de su conservadurismo.  

Finalmente, ya que Lasso consiga juntar los esfuerzos entre su débil organización política y otras organizaciones de centroizquierda, entonces deberá establecer un programa de acuerdos mínimos en materia de gobernabilidad, de tal forma que esas promesas se irriguen al electorado socialdemócrata e indigenista que bordean el uno 20% del voto total y el otro el 16%. No es suficiente con conseguir solamente el apoyo de los dirigentes de los partidos. Con eso no se aseguran los votos. Deberá trabajar en una intensa y masiva operación política de acercamiento, negociación y persuasión con las dirigencias partidarias y con las organizaciones locales. Lasso deberá ceder espacios de gestión, administración y control de las políticas públicas a los partidos de la coalición, y deberá comprometerse a instalar un gobierno de concertación. Lasso debe renunciar al voto del miedo como estrategia de campaña, reconocer la fuerza del voto socialdemócrata y apostar por la alegría como táctica de comunicación.

La distancia de 13 puntos entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso es desesperanzadora. En las tres ocasiones en las que la historia registra como ganador al segundo del balotaje hubo distancias entre ambos competidores de 1 a 4 puntos, pero no de más de 10 puntos. En 1984, 1996 y 2006, los segundos superaron a los primeros en competencias muy reñidas, que exigieron cambios, virajes y apuestas políticas muy audaces, las mismas que Lasso no quiere mirar por creer que el Estado es una empresa y no un organismo social vivo que responde a complejidades distintas a las de una compañía. Qué alguien se lo diga.

La política por zoom es un fracaso que un puñado de buenos pero ineficientes presidenciales ya experimentaron en la primera vuelta

@ghidalgoandrade  

 

 

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Sobre esta noticia

Autor:
Gabriel Hidalgo Andrade (382 noticias)
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