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El Tribunal Supremo de China anuló la pena de muerte dictada contra dos hombres culpables de haber violado a una niña de 11 años, un caso que había conmovido a los chinos por el combate con la justicia que llevó a cabo la madre de la víctima, informó este viernes la prensa.
Los dos condenados secuestraron y forzaron a prostituirse a la niña, de 11 años, pero no cometieron "el más grave de los crímenes", requisito para que se dictamine la pena de muerte, estimó el Tribunal, máxima instancia penal, encargado de anular o ratificar las penas capitales.
El caso conmovió a la opinión pública china debido a que la madre de la víctima, Tang Hui, fue internada en un campo de reeducación por exigir justicia y denunciar que las autoridades impedían que la justicia investigara.
En junio de 2012, al cabo de siete años de lucha incesante, Tang Hui logró que los siete raptores de su hija fueran condenados, dos de ellos a la pena capital.
Tang Hui continúa, por otra parte, exigiendo que los policías que sabotearon sistemáticamente la investigación judicial sean juzgados.
La lucha de Tang Hui fue uno de los elementos que llevaron a que el Gobierno chino anunciara en 2013 el fin de los campos de reeducación, vigente desde 1957 en China.
El sistema de los campos de reeducación a través del trabajo permitía detener a las personas durante cuatro años por simple decisión policial.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos consideran, sin embargo, que en China sigue existiendo la detención arbitraria, sin que medie ninguna decisión judicial, en "cárceles negras" secretas o campos de "rehabilitación para toxicómanos".