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Juez mexicano en la Corte Internacional de Justicia

11/07/2009 15:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Durante 10 años fue miembro de la comisión de Derecho Internacional de la ONU

Amsterdam, Holanda.- Bernardo Sepúlveda Amor, abogado, político y diplomático mexicano, funge desde febrero de 2006 como juez en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, Holanda. Es uno de los 15 jueces, elegidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que tienen sobre sus espaldas la responsabilidad de resolver los conflictos entre naciones que se presentan ante este organismo.

De talante amable y muy educado, tuve oportunidad de conversar con él en su despacho en el Palacio de la Paz, sede de la CIJ. Desde hace tres años y durante seis más, ocupará esta oficina desde donde se puede ver uno de los jardines que rodean al edificio principal. En esta ocasión, las rosas en flor daban un toque de color al paisaje y la gran fuente parecía refrescarlas del inusual calor que se sentía esa mañana.

A pesar de ser renuente a hablar sobre él, fue muy generoso en tiempo y paciencia para hablar sobre la importancia del derecho internacional para mantener la paz en el mundo y prevenir el agravamiento de conflictos entre naciones.

* La Corte Internacional de Justicia

Desde la antigüedad y hasta poco antes de que existiera la CIJ, los conflictos internacionales se resolvían a través del arbitraje. Para quienes, como yo, desconocemos este término, lo explicaré de manera muy sencilla: se nombraba una comisión formada por un número igual de nacionales de ambos países, para arreglar alguna cuestión pendiente y su decisión se consideraba obligatoria. Con la idea de crear un organismo permanente de resolución de conflictos internacionales, en 1920 se creó la Corte Permanente de Justicia Internacional, que fue reemplazada en 1946 por la actual Corte Internacional de Justicia.

La Corte, que es el principal órgano judicial de la ONU, tiene dos funciones principales: resolver, de conformidad con el derecho internacional, las controversias jurídicas que le presenten los Estados, además de emitir opiniones consultivas solicitadas por la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, otros órganos de la ONU y agencias especializadas.

La CIJ está integrada por 15 jueces que proceden de diferentes partes del mundo y, lo que no es menos importante, de diferentes sistemas jurídicos. En este momento, el juez mexicano interactúa junto con otros magistrados de Japón, Eslovaquia, China, Sierra Leona, Jordania, Estados Unidos de América, Alemania, Francia, Nueva Zelanda, Marruecos, la Federación Rusa, Brasil, Somalia y Reino Unido.

A grosso modo, los casos que se llevan ante la CIJ pasan por tres fases procesales: la primera en que las partes presentan por escrito todos sus alegatos jurídicos e incorporan todas las pruebas para susténtalo y que toma alrededor de dos años. La segunda es la fase oral, que normalmente dura de dos a cuatro semanas; en ella las partes exponen verbalmente sus alegatos. Tras esto se inicia el proceso de deliberaciones internas por parte de los 15 jueces de la CIJ hasta llegar a un fallo acordado colegiadamente.

Esto que se puede resumir en apenas un párrafo es de vital importancia para ayudar a mantener la paz en el mundo. Los países reconocen la imparcialidad y buena práctica de los jueces que durante nueve años dedican sus esfuerzos a dar una solución justa a controversias internacionales, que de otra manera podrían llevar a hostilidades entre naciones.

La sede de CIJ, el Palacio de la Paz, se construyó gracias a una donación del industrial y filántropo estadounidense Andrew Carnegie. Está ubicado en el centro de La Haya, entre siete hectáreas de parques. Alberga también una de las bibliotecas de derecho internacional más grandes y prestigiosas del mundo, a la que tiene acceso el público.

Si le interesa obtener información más completa sobre la Corte y su labor, lo invito a visitar su web: www.icj-cij.org.

* Una vida dedicada al derecho internacional

El juez Bernardo Sepúlveda Amor, quién nació en el Distrito Federal en diciembre de 1941 cuenta con un currículum vitae que demuestra su vocación por esta profesión: egresado de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios de postgrado en Derecho Internacional en la Universidad de Cambridge. Fue Embajador de México en Estados Unidos en 1982; Secretario de Relaciones Exteriores durante todo el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) y uno de los principales impulsores del Grupo Contadora que buscaba la paz en los países centroamericanos. Posteriormente, fungió como Embajador de México en Reino Unido e Irlanda (1989-1993). Esto significa que durante más de 11 años se dedicó a definir y hacer valer, por la vía diplomática, los intereses de nuestro país en el contexto internacional. De esta etapa, percibo, tiene muchas satisfacciones profesionales además de varios premios, medallas y condecoraciones, entre los que puedo mencionar el Príncipe de Asturias, el Simón Bolívar y el de Gran Oficial de la Orden de la Legión de Honor.

Tras estos cargos, a partir de 1995 y durante 10 años fue miembro de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU, antes de ser nombrado juez de la Corte Internacional de Justicia en noviembre de 2005.

"el derecho internacional es un idioma que trasciende las diferentes lenguas, culturas, razas y religiones"... Sir Robert Jennings

Bernardo Sepúlveda Amor es el cuarto mexicano en desempeñar dicho cargo. Antes de él fueron magistrados de la CIJ los juristas Isidro Fabela (1946-1952), Roberto Córdova (1955-1964) y Luis Padilla Nervo (1964-1973).

En su despacho se acumulan los expedientes de los casos que actualmente lleva la Corte. Dado que todos los jueces participan en la toma de decisiones de todos los casos, es muy importante que los conozcan a fondo. Aquí pasa horas enteras dedicado a analizar la información que los países parte le presentan, a buscar referencias, a sopesar los argumentos de uno y otro, a tomar una decisión, conforme a derecho, y sustentarla. El suyo es un trabajo muy exigente, de mucha responsabilidad, que requiere de un profundo conocimiento del derecho internacional. En sus palabras: "este ejercicio intelectual es absolutamente fascinante, pero tiene una dificultad extrema".

Por sus manos han pasado muchos casos, por ejemplo, el conocido como "Avena", entre México y los Estados Unidos. Ahora está involucrado en los asuntos presentados por Bélgica-Senegal, Alemania-Italia, Argentina-Uruguay, Nicaragua-Colombia y 11 más, en diferentes fases procesales. Entre ellos les destacó uno de gran actualidad que, a nivel consultivo, le presentó el año pasado la Asamblea General de la ONU a esta Corte, relativo a la legalidad o no legalidad de la declaración unilateral de independencia por parte de Kosovo. Las connotaciones políticas de este caso no pueden ignorarse.

Como puede ver, todos son temas muy interesantes e importantes para mantener la paz y la justicia en el mundo.

Adicionalmente, y en paralelo a sus actividades profesionales, Bernardo Sepúlveda Amor ha participado en diversas asociaciones internacionales de juristas, además de que ha escrito libros y artículos sobre distintos aspectos del derecho internacional. El más reciente, en el que funge como coordinador, "Diálogos sobre la Justicia Internacional" trata sobre las políticas mexicanas en los espacios de la jurisdicción internacional.

* México y el Derecho Internacional

Como me explicó el juez, el derecho internacional ha tenido gran influencia en la historia de nuestro país, especialmente desde el siglo XIX. Muchas reclamaciones que plantearon países extranjeros se solucionaron gracias al arbitraje internacional.

En este mundo tan globalizado, el derecho internacional es un tema que cada día adquiere mayor relevancia. Es por ello que el Juez Sepúlveda Amor, que también es catedrático en El Colegio de México, el Centro de Investigación y Docencia Económica y en la UNAM, impulsa el contacto de primera mano entre los estudiantes mexicanos de esa especialidad y quienes ejercen funciones importantes en las cortes y tribunales internacionales.

El año pasado coordinó el "Diálogo sobre justicia internacional" que se llevó a cabo, con mucho éxito, en Monterrey. Este año está participando en la organización de otro evento más ambicioso: un coloquio, de una semana de duración, donde trece juristas de alto rango, que actualmente colaboran tanto en la Corte Internacional de Justicia como en la Corte Penal Internacional, la Corte Interamericana de Desarrollo y el Tribunal de Arbitraje Internacional, junto con otros prestigiosos abogados, compartirán sus experiencias con los asistentes. Este evento tendrá lugar en la UNAM a partir del 24 de agosto y está auspiciado, además de por esa casa de estudios, por la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Senado de la República.

"Tengo un gran interés en asegurar que el derecho internacional cobre de nueva cuenta una importancia significativa en las labores académicas, políticas y de gobierno (de nuestro país), además de en el Congreso de la Unión y en los gobiernos de los estados, que se involucran cada vez más en los asuntos internacionales", dijo casi al final de la entrevista. "Desde luego también en asegurar que los temas relacionados con la Corte Internacional de Justicia se divulguen en todo el espacio de la opinión pública mexicana para que se conozca su relieve y los efectos que produce la Corte en el sistema internacional". No hay duda de que hace todo lo posible por aterrizar esas inquietudes en el terreno práctico.

* El Derecho Internacional y el individuo

A pesar de que en esta CIJ se tratan sólo casos entre naciones, las repercusiones de sus fallos llegan a los ciudadanos, a usted y a mí. De entrada el evitar que las diferencias entre países se solucionen por medios violentos ya es importante. Pero además, dependiendo del tema, puede implicar que se facilite el comercio al poder navegar por un río, que se eviten la contaminación del ambiente en una región del mundo, que se definan fronteras terrestres o marítimas, en fin, las opciones son infinitas.

El hecho de que un representante de nuestro país esté presente en este tribunal internacional debe llenarnos de orgullo. Tanto porque implica el interés de México en apoyar activamente la aplicación del derecho internacional al más alto nivel, como por el reconocimiento mundial de que contamos con personas muy preparadas y con la solidez personal necesaria para ejercer estas delicadas funciones.


Sobre esta noticia

Autor:
Ariel (3882 noticias)
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Tipo:
Nota de prensa
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