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Buceando por el inmenso catálogo de la consola DS de Nintendo ya me sentía decepcionado porque no encontraba ningún juego de corte clásico que me llamara la atención.
Salvo los juegos de inteligencia y de resolver puzzles, muy poco títulos son capaces de engancharme en esta consola.
Así que no tuve más remedio que optar por el uso de emuladores.
Y como no, el elegido fue el de una vieja consola que me hacía mucha ilusión revivir.
Esta no es otra que la Game Boy con la que ya pasé muy buenos momentos en mi época.
Aunque la mayoría de juegos que recordaba con cariño, al volver a verlos en la portátil me han dejado bastante frío.
Aún así he obtenido agradables sorpresas como el juego del que os voy a hablar hoy.
Para ser un juego de la Game Boy Color (8 Bits) tiene gráficos de 16 Bits muy adelantados a su época. Y digo esto después de haber probado cientos.
Quizás el juego para algunos no sea nada del otro mundo y les parecerá un tanto repetitivo y bastante soso.
Pero gráficamente me ha llamado mucho la atención.
Ya que posee la mejor paleta de colores vista en un juego de GameBoy.
La fase primera me parece preciosa, con un acertado uso del color y un diseño tanto de decorado como de elementos animados de lo mejorcito que yo haya visto nunca en esta consola.
Al descubrir que los programadores son los mismos que los del Contra de DS me he alegrado mucho.
Así que aquí os dejo una muestra de su arte:
Un típico juego de plataformas en donde lo más característico es la capacidad de controlar la gravedad y poder cambiar a nuestro antojo el camino a seguir si por el suelo o por el techo.
Las fases están repletas de estrellas que debemos ir recogiendo para aumentar nuestro poder.
Cada tres etapas, el juego cambia de concepto para convertirse en un matamarcianos.
Aquí se puede ver un vídeo: