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Jenny Lee es un claro ejemplo de adicta a la cirugía estética. Jenny tiene actualmente 32 años y vive en Austin (Texas). En los últimos 12 años Jenny, se ha operado cuatro veces la nariz, tres veces el pecho, se ha puesto implantes en la mejilla, se ha rellenado los labios y se ha hecho la liposucción. En total 44 procedimientos de cirugía y medicina estética. Sus viejos amigos ya no la reconocen.
Fotografías: famousplastic.com
A Jenny Lee la diagnosticaron hace seis años un transtorno dismórfico corporal, una condición psicológica en la que una persona se obsesiona con defectos imaginario en su apariencia. Muchas de las personas que recurren a tantas operaciones de cirugía estética sufren de este tipo de transtornos, pero la cirugía estética no es la solución y los cirujanos plásticos no deben operar a este tipo de personas. Quienes tienen transtornos en la percepción corporal necesitan de la ayuda de un psicólogo o un psiquiatra. Cuando un cirujano plástico accede a operar a una persona con estos transtornos, está cometiendo una negligencia y demuestra poca ética profesional. La cirugía estética jamás ayudará a una persona que ve en el espejo una realidad diferente
Ella insiste en que estaba en la búsqueda del "cuerpo perfecto" y se convirtió en una adicta a la cirugía en el camino. Lee en cctv.com la noticia original (en inglés)