Israel y los palestinos esperan sacar beneficios políticos de la visita del papa Francisco a Tierra Santa, aunque cada etapa de su breve visita ha sido cuidadosamente calculada para evitarlo.

Cada sector trata de atribuirse méritos, aunque el Vaticano ha puesto este peregrinaje bajo el signo de la reconciliación entre las Iglesias de Occidente y de Oriente (católicos y ortodoxos) y ha decidido "disgustar a todo el mundo" para evitar cualquier tipo de "aprovechamiento", según una fuente cercana a la Iglesia.

"La buena noticia para nosotros, los palestinos, es que el papa viene. Llegará en helicóptero directamente desde Jordania a Palestina, a Belén, y eso es una forma de reconocimiento de Palestina", se felicitó el sacerdote Jamal Jader, portavoz de la parte palestina de la visita. "Estoy seguro de que dirá algo para defender a todos los que sufren, incluyendo a los palestinos que viven bajo la ocupación y en la humillación cotidiana", dijo durante una rueda de prensa.

Francisco celebrará una misa ante la Basílica de la Natividad en Belén, el primer lugar palestino que está en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.

El papa argentino también almorzará "con palestinos, con familias que sufren a causa de la ocupación, algunas con hijos arrestados o cuyas tierras fueron confiscadas", dijo Ziad Bandak, asesor para los asuntos cristianos del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, quien recibirá al sumo pontífice. Luego, visitará el campo de refugiados de Dheishé "para darse cuenta del sufrimiento de los refugiados palestinos".

Según Bandak, los dirigentes israelíes lamentan "el hecho de que el papa comience su visita por Palestina y no por Israel", donde será recibido en el aeropuerto de Tel Aviv por el presidente, Shimon Peres, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

- Resonancias políticas -

"Todo estará muy cargado de resonancias políticas", resumió Hind Jury, exministra palestina para los Asuntos de Jerusalén, que no está satisfecha con la agenda del papa en Jerusalén.

"Nos habría gustado que la visita del papa a Jerusalén este, que está ocupado, formase parte de su visita al Estado de Palestina, y es una lástima que vaya a la ciudad después de su entrada oficial a Israel", explicó Jury. "Lo que sucede en Jerusalén, donde un pueblo tiene derecho a vivir mientras que se niega al otro ese derecho, no es sólo una violación del derecho internacional y de los derechos humanos, sino algo moralmente incorrecto. Esperamos de una autoridad moral de ese calibre que hable alto para condenar las violaciones de los derechos humanos", afirmó.

Por su parte, Israel, cada vez más aislado y bajo la amenaza de un boicot internacional, se alegra de recibir a un huésped tan importante. "El hecho mismo de que esta visita tenga lugar es un éxito", aseguró a la AFP un responsable israelí que solicitó el anonimato. "Esto debería alentar a los peregrinos a venir aquí", añadió.

El papa sólo pasará algunas horas en el Estado hebreo, para visitar el memorial del Holocausto en Jerusalén y reunirse con el presidente Peres y los grandes rabinos de Israel, antes de volver al Vaticano el 26 de mayo por la noche.

Su entrevista con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tendrá lugar en el centro Nuestra Señora, una propiedad del Vaticano en el límite entre el Este y el Oeste de Jerusalén.

"Podremos explicarle nuestro punto de vista de lo que sucede políticamente en la región", informó el responsable, que solicitó el anonimato, citando la "amenaza iraní". Para el embajador israelí ante el Vaticano, Zion Evrony, la visita papal "será una nueva piedra angular de importancia histórica, no sólo en las relaciones entre Israel y la Santa Sede, sino también entre la Iglesia católica y el pueblo judío".