Opiniones hay para todos los gustos, como votantes y partidos, pero la realidad es que el bloqueo al que está sometido este país no parece tener muchos visos de salida. ¿Culpables? en mi opinión casi todos, pero vayamos por partes.

Pedro Sánchez: probablemente el mayor culpable de la situación actual. Después de ganar con holgura las elecciones en abril, y cuando se aventuraba una investidura sin demasiados problemas, el lider socialista se enrocó en una posición inamovible con Unidas Podemos, difícilmente entendible desde todo punto de vista que no fuera el estrictamente estratégico en su afán de ganar con más claridad en unas nuevas elecciones, cosa que no llegó a ocurrir y que dejó con los "pantalones bajados" a sus asesores. De hecho, en menos de 48 horas después de las elecciones de noviembre, llegaba a un acuerdo con Unidas Podemos lo que hace aún más incomprensible su actitud en verano. Bandazos a diestra y siniestra que hacen que su palabra cada vez valga menos.

Pablo Iglesias: un partido que llevaba camino de convertirse en la nueva esperanza de la izquierda, sobre todo con el descalabro de un PSOE empeñado en hacerse el harakiri en los últimos tiempos, se ha quedado de momento en el camino. Las salidas de pesos pesados del partido, especialmente la de Errejón, ha hecho mucho daño a U.P., y Pablo Iglesias no ha sido del todo inteligente al apostar por el referendum que desean los independentistas catalanes, lo que ha supuesto una bajada significativa en los apoyos del partido morado. 

Pablo Casado: Culpable por inacción, ya que hace unos años pedía la abstención del PSOE para que su partido pudiera gobernar, lo que veía como un "servicio al estado", y ahora en la posición contraria no es capaz de aplicarse el cuento, dejando en brazos independentistas la posible investidura socialista. En todo caso, esta inacción no le ha venido mal, viendo sus resultados en las elecciones del mes de noviembre. Si por un casual hay terceras elecciones, creo que sería el más beneficiado de la situación.

Albert Rivera: Su dimisión a las pocas horas de celebrarse las elecciones de noviembre, lo dicen todo. Tuvo en sus manos la gobernabilidad de España y decidió tirarla por el retrete, con una actitud enrocada e inamovible que pocos entendieron, incluso en su partido. Quiso dar un volantazo cuando las elecciones eran casi inminentes, en septiembre, pero ya era tarde. Es la hora de Arrimadas.

Santiago Abascal: ha sacado petróleo de la actual situación en el país, especialmente del tema catalán que le está proporcionando unos réditos increíbles. Está claro que no va a facilitar un gobierno socialista, y el tensar la cuerda le está funcionando. Su techo en unas hipotéticas terceras elecciones, podría ser... el cielo.

Con posturas tan encontradas es dificil augurar que se vaya a producir una investidura. Pedro Sánchez parece abocado a dar a los independentistas catalanes lo que piden pero eso, bien lo sabe él, sería su final. Por otro lado, los partidos llamados "constitucionalistas", no parecen muy dispuestos a facilitar la gobernabilidad del país, cada cual con sus motivos. En el caso de PP y VOX, seguramente convencidos de que unas terceras elecciones terminarían de crispar a la ciudadanía y les dejarían en bandeja de plata el poder en España... y no irían desencaminados me da la impresión. 

Panorama dificil de resolver, y en el que Pedro Sánchez imagino que se habrá arrepentido una y mil veces de no haber sido más transigente en verano cuando lo tenía hecho. De momento seguiremos con la incertidumbre, gracias a unos políticos que no han sabido estar a la altura.