"Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres." Emiliano Zapata

Sucede que en el artículo anterior, dedicado al lenguaje sexista, me encontré con muchos desacuerdos. Algunos ciertamente me preocupan, como perteneciente al género femenino, pero no puedo pretender que piensen igual que yo (aunque con un tema así, admito que me gustaría).Sin embargo, lo que más me chocó fue la intolerancia en los comentarios o, mejor dicho, hacia mis respuestas a los mismos.

El día en que decidí abrir este blog asumí que el mismo sería un espacio abierto en el cual daría mi opinión sobre un determinado tema y quienes por aquí pasaran, y quisieran hacerlo, podrían dejar la suya a favor o en contra de la mía. De más está decir que con muchos y muchas de ustedes desacuerdo por completo, pero jamás eliminé un comentario ni impedí que ingresaran a este espacio. Como dije en alguna oportunidad, todos y todas tienen derecho a opinar, pero yo tengo mi derecho a responder —así como lo tiene cualquiera que quiera hacerlo—.La palabra es una herramienta maravillosa cuando se utiliza para fundamentar nuestras posturas, pero tiene un sinnúmero de interpretaciones dependiendo de quien la esté leyendo. No me agrada que me tilden de irrespetuosa por defender mi línea de pensamiento, sobre todo porque lo voy a seguir haciendo siempre ya que es la única arma que tengo. No voy a quedarme callada jamás ante nadie; es una debilidad que, afortunadamente, no me permitiría. No se trata de omnipotencia ni de rebeldía: se trata de coherencia.Está lleno de blogs y de sitios en los cuales cada uno y una de ustedes puede sentirse a gusto coincidiendo al cien por ciento con todas las expresiones volcadas. Somos nosotros y nosotras quienes elegimos leer una cosa u otra. Podemos buscar la coincidencia perfecta, facilismo mediante. Podemos leer algo y sonreír con complicidad o podemos renegar de lo que estamos leyendo y plasmar nuestra ideología en una respuesta.Es muy simple, a quienes no les gusta que se les discuta su opinión, pueden no ingresar más. O pueden discutir con altura. Eso queda en manos de ustedes.

Gracias.