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Un estrecho vínculo de complicidad, amor, respeto, rivalidad y envidias entre dos hermanas, son el hilo conductor del libro “La culpa es del espejo”, con el que el director creativo y teatral Felipe Fernández del Paso incursiona en el mundo de la literatura. En entrevista con Notimex, Fernández del Paso explicó que esta obra, fruto de cuatro años de creación, plantea la relación entre dos hermanas de buena posición económica, cuarentonas, casadas, insatisfechas y aburridas de su vida superflua. En su texto, el autor narra los deseos ocultos de dos hermanas, que al final revelan sus más bajas pasiones, dejando a un lado lo que aparentan ser. “Son dos personajes que sobre todo reflejan el sentir y un modo de vida asfixiante; educadas por las Monjas del Sagrado Corazón, éstas mujeres padecen de cierta insatisfacción por lo que han construido en su vida”, comentó el autor, quien ha sido nominado al premio Oscar por “Mejor Dirección de Arte”. Explicó que el fenómeno de la relación entre hermanas, lo exploró a través anécdotas divertidas y cargadas de aventuras. “La hermana menor convence a la mayor de estafar a su marido, sin embargo, su fechoría poco planeada es descubierta, por lo que tienen que huir”. A partir de ese momento, las protagonistas emprenden un viaje por la amistad y su relación como hermanas, además de descubrir todos los agravantes de esta relación de complicidad, que es sinónimo también de rivalidad, envidia y deseo creado por su madre. Fernández del Paso añadió que parte de esta rivalidad y envía surgió desde su infancia, inspirada en algunos casos por su madre, una mujer parecida al arquetipo de la madre castrante, intolerante extremadamente religiosa, que produce que sus hijas no puedan realizarse en el plano de la libertad y de la tolerancia. “Es una matriarca que está cumpliendo los designios de generaciones”, expresó el autor. De acuerdo con el autor, éste fenómeno sigue fluyendo actualmente, aunque asegura que se trata de un personaje creado por medio de la ficción. En la actualidad “la madre continúa influyendo de manera decisiva en sus hijos, pero esto no es más que un pequeña caricatura para hacer que exista dentro de la novela fuerzas contrarias en conflicto”. Respecto a la insatisfacción estas sus protagonistas, Felipe Fernández explicó “que sufren un alto grado de frustración, de reclamo a una serie de convenciones y preceptos religiosos que las tienen sumidas”. Ellas creen en la religiosidad, no obstante “no es realmente lo que les interesa, pues ven a más allá de una espiritualidad llena de preceptos aprendidos de memoria en el catecismo”. Durante el viaje que emprenden, las dos hermanas encuentran una revelación liberadora que les quita el yugo que las asfixia, dijo el también traductor, adaptador, diseñador escenográfico y director del musical de “Broadway Avenida Q”. Añadió “cada una va aprendiendo nuevas cosas que les satisfacen, por ejemplo, el tema del erotismo surge en medio de esta aventura y le cambia la vida a una de ellas, quien madura, crece y tiene una toma de conciencia ya casi al final de la novela, en la que enfrenta su destino de una manera temeraria y aventurera”. Mientras que la otra hermana termina rompiendo con este vínculo en el que se siente asfixiada y que la había convertido prácticamente en un muerto, afirmó Felipe Fernández. Las mujeres de hoy en día, dijo el autor, tienen menos acceso al poder y a la toma de decisiones, aún existe un imperante machismo dentro de la sociedad, pese a los avances, sin embargo, estas dos mujeres rompen con las ataduras que las hacen sofocar, enfrentándose a pasiones y a aquello que las hace felices. Adelantó que tentativamente, ésta su primera novela podría ser llevada a la pantalla grande, ya que cuenta con un ritmo suficientemente ágil e imaginativo, lo cual ofrece grandes posibilidades visuales. Satisfecho por explorar un nuevo territorio, Felipe Fernández aseguró que el panorama que se despliega en esta obra no le es ajeno, pues dentro de las disciplinas en las que se ha desarrollado la constante es “contar historias”.