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Los soldados siguen arrebatando vidas aunque el Comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio López, ha dicho que las Fuerzas Armadas usan balas de salva
Los soldados siguen arrebatando vidas aunque el Comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio López, ha dicho que las Fuerzas Armadas usan balas de salva. Esta vez murió una persona que prestaba sus servicios a la iglesia Católica, “que no se metía en polémicas públicas ni en controversias con nadie”, relatan familiares.
Redacción / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La cacería humana que ordenó ayer (martes 22 de septiembre de 2009) el régimen de facto de Roberto Micheletti dejó al menos 48 heridos en la capital y más de 10 muertos. Entre los mártires de la dictadura, se registra el deceso de Francisco Alvarado, de 65 años, que residía en la colonia Flor del Campo.
A las 8 de la noche, agentes policiales daban persecución a unos pobladores de la Flor del Campo mientras hacían disparos hacia todos lados sin importarles la presencia de niños y ancianos en las calles.
En ese momento, Francisco Alvarado, que prestaba sus servicios en los Caballeros del Santo Entierro, salió a comprar a la pulpería cercana a su casa, pero lo que recibió fue una bala de verdad del ejército al servicio de los golpistas.
La familia del occiso afirma que “quisieron disfrazar la muerte al ingresarlo como desconocido y tratando de hacer creer que la herida era de arma blanca”
MÉTODOS DE DESINFORMACIÓN
El levantamiento del cuerpo sin vida de Alvarado lo hicieron los mismos policías, y de acuerdo con los familiares “lo ingresaron al hospital como desconocido y con una herida de arma blanca en el estómago”.
Al margen de eso, el informe del médico forense sostiene: “La muerte fue de un disparo de arma M16”, armamento exclusivo del ejército. La familia del occiso afirma que “quisieron disfrazar la muerte al ingresarlo como desconocido y tratando de hacer creer que la herida era de arma blanca”.
Los barrios y colonias de Tegucigalpa se han mantenido en resistencia, por lo que los policías y militares siguen desarrollando la persecución para que el pueblo no salga a pronunciarse contra toda injusticia que se está cometiendo. Los muertos y heridos aumentan en el territorio nacional, a pesar que los golpistas quieren hacer creer al mundo que en Honduras todo está en calma.
Fuente:periódico El Libertador de Honduras