Hiperinfalción y la duda razonable

Este artículo de basa en lo que la gente común comenta en las calles y en las redes sociales, sin embargo no es una certeza, ni siquiera un relato fidedigno, y esto lo más maravilloso de todo, es justo lo que un brillante plan comunista necesita, un resultado de duda razonable. Yo por mi parte si estuviera en un jurado y me tocara decidir si el régimen en Venezuela es culpable o no de la manipulación de masas, me tocaría dejarlos  libre de toda culpa, por duda razonable, no hay como comprobar lo que a la luz parece un delito.

Ahora el desarrollo preduda razonable. O un cuento de ficción.

En economías sanas e independientes no hay peor enemigo que la inflación, donde en su pureza no es más que un aumento en el nivel general de precios que como consecuencia  implica una disminución del poder adquisitivo de la moneda.  En una forma más directa de decirlo a mayor inflación menos cosas se puede comprar con el dinero percibido.

Esto es un fenómeno que viene dado por múltiples factores, desde situaciones políticas pasando por las económicas y aterrizando en lo social, pero el efecto es el mismo, menos poder adquisitivo por parte de la población.

Es una eterna lucha donde los gobiernos intentan ser el mediador que pueda por intermedio de leyes y mediaciones lograr un equilibrio que garantice una economía sana, siendo el resultado de esa gestión un medidor implacable de la continuidad de los gobiernos en el poder.

Sin embargo esa regla no aplica en Venezuela, ya que siendo un país con un régimen comunista, el libre mercado no es su consigna. Esto hace que en vez de mediador intenta ser controlador.  Como la historia en el mundo dicta sobre los fracasos del comunismo  pasan a la manipulación y la mano dura para poder mantenerse en el poder luego del estruendoso fracaso.

Aquí  comenzamos con lo que se dice pero no se sabe. La duda razonable.

En Venezuela ya se pasó a esa fase, donde lo que sería un desastre en cualquier país democrático  se convierte  en el mejor aliado del régimen para su continuidad.

Usando la consigna de quien tenga el control sobre los alimentos tiene el poder en sus manos, Venezuela  a través de su división de manipulación de masas a cargo del hombre fuerte, el psicólogo, la mano derecha del régimen,  que se dice  utiliza metodologías  de extremo para obtener los resultados deseados para  perpetuar el régimen en el poder, crea el plan de efecto de duda razonable.

Es pesado poder reconocer lo brillante que este individuo ha sido para haber montado un proceso perfecto y que aunque exista personas con esperanza y con mensajes motivadores  que indiquen que de alguna manera podrán volver atrás, la realidad es que no, el comunismo implantado es imposible de salir de él, es como el cáncer cuando hace metástasis, no hay salvación, y eso es lo que pasó en Cuba, China, Korea del Norte, Rusia, Venezuela y posiblemente si hay control de las bases militares en México.

Este fue un proceso que fue modificándose con el tiempo, hasta lograr en pleno su objetivo, lo primero era asegurar una hiperinflación que derivara de un culpable ajeno al régimen, para ello la creación de la guerra económica.

La guerra económica no es más que un movimiento típico del comunismo, en el relato de 1984 de George Orwell que es basada en las experiencias del escritor dentro del comunismo ruso, indica que siempre hay que mantener la atención en un conflicto para eternizar al régimen, un enemigo que mientras más tácito  sea mayor es su efecto, es una especia de demonio omnipresente, eso es la guerra económica un conflicto que nadie sabe como es, ni quién es el enemigo, solo que es la culpable de todo lo malo que le ocurre al régimen y sobre todo en el aspecto de la economía, por eso el nombre.

Después de tener el motivo y el enemigo creado nada mejor que una consecuencia destructiva  que provenga de ella, la hiperinflación, un mal imposible de enfrentar, que destruye de golpe el ingreso familiar y de inmediato hace que el hombre caiga en la necesidad de un salvador, comienza la etapa de auto conservación, ya son presa fácil para ser tomados por el régimen.

En Venezuela impera la democracia ¿O no?

Ese se convierte en el momento ideal para ir al principal concepto del comunismo, todos iguales, El manipulador de masas, que por cierto creó una polémica cuando fue llamado el hombre más inteligente del régimen por un periodista venezolano que luego fue pulverizado por esa declaración, hecho que manifestó el porqué la oposición de ese país es perfecta para ser dominada, no reconocen la fortaleza de su adversario.

Las cajas  Clap (cajas con alimentos igualitarios) llegaron para quedarse y convertirse en el as bajo la manga del régimen.

Cuando llevar alimentos al hogar cuesta en la actualidad doscientos cincuenta millones de bolívares (hoy, mañana un veinte por ciento más), para una familia de cuatro personas, el ingreso familiar mínimo del venezolano ronda los cinco millones de bolívares y el promedio nueve millones.

La caja clap llega como la salvación, cuesta ciento cincuenta mil bolívares, producto del subsidio y de contratación directa del régimen con países que le surten los alimentos.

Esta caja clap viene unida a una tarjeta denominada la tarjeta de la patria. Un método del comunismo clásico, pero que es usado para la manipulación en masa.

Antes de entrar a explicar cómo es usada es importante recalcar otro movimiento brillante ideado por el hombre que maneja las mentes, El Psicólogo.  Este hombre fuerte estuvo por mucho tiempo liderando el ente que rige las elecciones y logró darle entender al régimen totalitario que lo mejor para poder mantenerse en el poder es simplemente hacerlo de forma legal, y para ello nada mejor que hacerlo por intermedio de los votos. Esto hace imposible que cualquier ente en el mundo interfiera en sus asuntos, ya que los votos los legalizaban. Se crea lo que fue el descubrimiento del siglo, la duda razonable, el concepto que le dio la oportunidad a este régimen y a cualquiera a doblegar a la democracia, incluso en países como los Estados Unidos, ya el mundo comunista se dio cuenta que el gigante del norte podía ser vencido desde sus adentros, que hay un hueco dentro de la democracia, si controlas al que votas, eres legalmente reconocido.

De este concepto nace el uso de la tarjeta de la patria (tarjeta electrónica) y las cajas clap.

Sin embargo para su uso debían controlar por lo menos tres cuartas partes de los poderes públicos, para poder legalizar uno que otro movimiento antes de las elecciones. Hecho que realizaron de nuevo en forma magistral, delante de las narices de la oposición que en verdad o es una de las más inocentes del planeta o,  bueno siempre hay un o.

En este panorama llegó el uso de la comida como referente de poder, en un país donde no es secreto para nadie que el cien por ciento de los poderes públicos pertenecen al régimen, y quién diga que no tienen a la Asamblea Nacional les recuerdo que ya son sólo un holograma, ya que quién lleva sus funciones es la Asamblea Constituyente que fue otorgado su poder de las manos del mismo presidente, el voto se convierte en lo más importante para crear la duda razonable.

Lo brillante de todo esto es que el venezolano es puesto a prueba, van directo al envío de mensajes al cerebro reptiliano que es el manejador de la preservación y que al fin y al cabo es el que toma las decisiones, y le inculcan el pensamiento por múltiples fuentes,  si no votas por mí, comprarás tu comida en el mercado común y necesitarás doscientos cincuenta millones de bolívares y ganas a lo sumo nueve millones, suerte con eso, recuerda que gane o pierda continúo en el poder, o olvidan lo que pasó con la Asamblea Nacional.  O votas por mí y gano, y así lográs mantener el uso de tu tarjeta y el acceso a la caja clap por ciento cincuenta mil bolívares. ¿No es acaso un buen negocio? El cerebro reptiliano sin darle oportunidad al neocórtex (cerebro que razona) manda a ejecutar lo que considera le preservará su  vida y la de su familia. Ejerce el voto. 

La estructura fue enmarcada en un proceso ideal, El presidente indica que antes de las votaciones serán inhabilitadas las tarjetas por mero control y aprovechando que es día de votación que mejor momento para activarlas en los locales portátiles colocados al lado de los centros de votación. Una forma sutil de decir o votan o no comen más.  Ya en los pequeños locales las redes sociales denunciaban que los afectos al gobierno que controlan el proceso amedrentaban a las personas y les indicaban que o votan por el gobierno o les quitan el acceso a las tarjeta, pidiendo (dicen) algunos como muestra una foto del talón de votación que suministra el sistema.

Sin embargo (se presume) hay otro ingrediente, el acceso a los datos de votación a tiempo real sin que el mundo pueda verlos, eso les da la oportunidad de mover contingentes en busca de votos si los números no son alentadores estirando las horas de votación, El círculo se cierra por completo.

Las personas que creen que los comunistas son gente con poco intelecto y no son preparadas están en el peor de los errores, tras años de experiencia han logrado entender las conductas de masa y siempre estarán un  paso por delante. ¿O no, y solo les estoy creando una duda razonable?

Esto es un artículo que puede ser solo ciencia ficción y Venezuela no es ni siquiera comunista, es de pronto la democracia perfecta, ¿y saben por qué? Porque he creado una duda razonable en usted ¿O no?

La duda razonable y sus efectos