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Un equipo de paleontólogos, ayudado por voluntarios aficionados, ha desenterrado un dinosaurio carnívoro anteriormente desconocido en un yacimiento de huesos fósiles del norte de Nuevo México, concluyendo un debate sobre la evolución de los primeros dinosaurios, revelando un período de enorme diversificación y aportando indicios sobre cómo los dinosaurios se propagaron a través del supercontinente Pangea.
La descripción de la nueva especie, denominada Tawa, ha sido realizada mayormente por Sterling Nesbitt (ahora en la Universidad de Texas en Austin). Nesbitt condujo la investigación con sus colegas mientras estuvo en el Observatorio Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia y el Museo Americano de Historia Natural.
El espécimen del que se ha hecho la descripción de la especie es un esqueleto casi completo de un dinosaurio joven con cerca de 70 centímetros de alto hasta las caderas estando de pie, y de alrededor de 2 metros de largo desde el hocico hasta la cola. Su cuerpo era aproximadamente del tamaño de un perro grande, pero con una cola mucho más larga. Vivió hace 214 millones de años, millón más o millón menos. Los restos desenterrados son notables porque muestran pocas señales de haber sido aplastados durante la fosilización.
El Tawa es parte de un grupo de dinosaurios conocidos como terópodos, que incluye al T. rex y al Velocirraptor. Los terópodos en su mayoría se alimentaban de carne, caminaban en dos patas y tenían plumas. Aunque la mayoría se extinguió hace cerca de 65 millones de años, algunos linajes sobrevivieron para dar origen a las aves actuales.
Una de las contribuciones a la ciencia más importantes del Tawa tiene que ver con lo que cuenta sobre otro dinosaurio, el Herrerasaurus, centro de un enérgico debate desde su descubrimiento en Argentina en los años 60. El Herrerasaurus posee algunos rasgos en común con los terópodos, incluyendo garras largas, dientes propios de los carnívoros y ciertas características pélvicas, pero carece de otros rasgos típicos de los terópodos. Algunos paleontólogos afirmaron que era tan inusual que estaba fuera del árbol evolutivo de los terópodos o incluso del de los dinosaurios. Otros lo situaron entre los primeros terópodos.
La pregunta era que si esos rasgos de tipo carnívoro aparecieron en el Herrerasaurus y en los terópodos de forma independiente, o si por el contrario eran rasgos que heredaron de su ancestro común más reciente. Había tan pocos especímenes de los primeros terópodos que resultaba muy complicado responder la pregunta. Pero ahora, el hallazgo del Tawa puede ofrecer una respuesta.
El Tawa tiene una mezcla de características parecidas a las del Herrerasaurus y rasgos propios de los dinosaurios clasificados firmemente como terópodos. Por consiguiente, las características que el Herrerasaurus comparte únicamente con los terópodos tales como Tawa confirman que éstas no aparecieron de manera independiente y que el Herrerasaurus es verdaderamente un terópodo.