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Para sorpresa de la inspección de agua potable de Londres se han encontrado abundante restos de cocaína. Algo parecido ocurrió en Nueva York hace 30 años. La historia se repite y lamentablemente parece se repetirá
Análisis de estupefacientes de agua potable en Gran Bretaña han dado positivo y demostrado algo increíble con indicios de la presencia de cocaína. Este experimento se hizo en Nueva York hace años con billetes de dólar con parecidos resultados. Eso viene a confirmar que el consumo de esta droga sube por ejemplo en Londres, en donde algunos medios habían demostrado que la venta y consumo de la coca estaba muy extendido.
El consumo de cocaína está tan generalizado en el Reino Unido que, según ha revelado un estudio científico, se han encontrado restos de esta droga metabolizada en el agua potable que consume la población, informa el tabloide británico 'The Mirror'.
El estudio pretendía evaluar los daños de los compuestos farmacéuticos en el agua potable pero los científicos se han llevado la gran sorpresa al encontrarse trazas de cocaína incluso tras haber sometido el agua a tratamientos de purificación intensiva, según el periódico británico 'The Sunday Times'.
"El nivel de consumo de cocaína es casi el más alto de Europa occidental" dijo en referencia al Reino Unido Steve Rolles, integrante de Transform, un centro de pensamiento sobre política de drogas. "Cada vez es más barata y su consumo ha ido aumentando", explica Rolles.
La sorpresa aireada por los medios ha causado alarma en el gobierno empezando por el Premier Cameron
Asimismo, la Inspección de Agua Potable (DWI) ha detectado en el suministro de agua potable rastros del analgésico ibuprofeno y de carbamazepina (una medicamento contra la epilepsia), aunque no lo suficientemente significativos como para suponer un riesgo para la salud.
La fundación DrugScope, que apoya a los profesionales que trabajan en la prevención del alcoholismo y la drogadicción, alerta que unos 700.000 británicos de entre 16 y 59 años consumen cocaína, mientras que 180.000 consumen 'crack'. La alarma ha cundido en el gobierno de Cameron y se han desenterrado viejos recortes y archivos.
New York Times mencionó en 1985 por primera vez "una nueva forma de droga llamada crack." Un año después el NYT consideraba que el crack era la mayor noticia desde Vietnam y la caída de Nixon. Mientras los medios de comunicación compararon la dispersión del crack con las plagas de la Europa medieval, los investigadores descubren que el uso de este psicoactivo no es una epidemia nacional, sino "un fenómeno limitado a unos pocos barrios bajos de las ciudades en menos de doce zonas urbanas." Pero a partir de entonces el fenómeno ha seguido creciendo y no se tienen indicios de hasta dónde va a parar. Y al leer esto el inglés medio en el “Daily Telegraph” se ha asustado.
El crack se presenta en forma de rocas cristalinas de color blanco o amarillento. Su principio activo es también la cocaína.
La pasta base se produce rociando las hojas secas de la planta de cocaína con potasa, a la que se le añade después queroseno, ácido sulfúrico y agua. Normalmente la masa resultante adquiere la consistencia del barro y se distribuye como pasta base para que, a través de otro proceso químico se le libere de otros alcaloides y quede únicamente la cocaína en forma de clorhidrato. No obstante, alrededor de la segunda mitad de los ochenta, la pasta base se dejaba secar y comenzó a venderse como bazuko. Estas rocas de bazuko, de un color grisáceo, se trituran un poco y se fuman mezcladas con tabaco. Ya en los noventa, la pasta seca o bazuko se diluía en una solución de amoniaco precipitada con éter. La mezcla se calienta, se filtra y una vez seca se convierte nuevamente en rocas pero esta vez son blancas: rocas de crack. El crack puede sufrir las mismas adulteraciones que la cocaína, y a eso temen en muchos barrios de Londres más que a la segregación de Escocia.