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Yo, como español, me siento afectado y no entiendo la pasividad del Gobierno en atajar el bochornoso espectáculo
JAVIER DYSART
El estrafalario y barbado alcalde de Marinaleda, José M. Sánchez Gordillo, personaje esperpéntico donde los haya, no ha sopesado las graves consecuencias que sus bufonadas pueden acarrear, tanto a su propio territorio como al resto de España. Las imágenes del asalto, robo y agresión en un supermercado, junto a las irresponsables chuminadas que jalea e impulsa, han dado la vuelta al mundo y eso, para el turismo y para la confianza de empresarios y emprendedores, supone un caótico y decisivo RIP. Con estas necias e irresponsables actuaciones, la confianza en el sistema español se apaga. Yo, como español, me siento afectado y no entiendo la pasividad del Gobierno en atajar el bochornoso espectáculo.
La imagen que estamos ofreciendo en Europa y resto del mundo, protagonizadas por un esperpéntico iluminado, decorado con pañoleta, incitando a un puñado de fieles, vía megáfono, al asalto de supermercados y a la ocupación de propiedades, fincas y bancos, nos retrotrae al siglo XIX y anteriores, en donde los bandoleros en Andalucía, como los históricos Luis Candelas, Diego Corrientes, el Tempranillo o el Cojo de Encinas Reales, entre otros, robaban y asaltaban en los caminos para propio beneficio y, en ocasiones, para ayuda de algún necesitado.
Este salvapatrias, alcalde y diputado por I.U. en la Junta de Andalucía, en lugar de dar ejemplo y llamar a la cordura como gesto de responsabilidad política, se encuentra estos días de gira turística por Córdoba y entorno, seguido de un grupo de afiliados al subvencionado sindicato que mangonea, asustando a empresarios, a comerciantes, banqueros y hoteleros, que se apresuran a cerrar las puertas al paso de la plaga gordillera. Y lo hacen así para prevenir embestidas del estrafalario bufón, que incita a robar en supermercados para repartir. Claro que este elemento, en su condición de disciplinado y convencido comunista, roba lo ajeno, pero nunca jamás reparte sus pertenencias, porque lo suyo es suyo y para él. Faltaría más.
Los auténticos responsables de las soflamas y bufonadas de Sánchez Gordillo han sido determinados medios de comunicación
Sánchez Gordillo ostenta dos representaciones políticas de responsabilidad, una de alcalde y otra de diputado en la Junta de Andalucía, la de los ERES ‘sociales’. Si este individuo tanto interés tiene en ayudar a su pueblo, a los parados y a los pobres, lo primero que tiene que hacer es gestionar trabajo, promover acciones dirigidas al fomento del empleo con medidas y propuestas serias y razonables, administrar con justicia y transparencia los cientos de miles de euros que recibe su sindicato, y aclarar el destino de esos 200.000 euros que dicen los medios que recibió para unas viviendas que no se construyeron, pero nunca asaltando supermercados, allanando fincas, o quitando a unos para repartir miseria.
Lo realmente cierto es que toda la culpa no la tiene este desestabilizador antisistema. Los auténticos responsables de las soflamas y bufonadas de Sánchez Gordillo han sido determinados medios de comunicación, especialmente algunas televisiones y periódicos, que han dado machacona publicidad hasta el hartazgo a este individuo y a sus hazañas hasta llegar, incluso, a popularizar todas las tropelías cometidas. Ha tenido a una parte de la prensa, de todas las ideologías, cebada en su promoción.
Si todo ello está siendo un auténtico disparate, la medalla de oro en este caso le corresponde al gran imbécil de la prensa extranjera que ha tenido la brutal osadía de comparar a Sánchez Gordillo con Ghandi. Más gilipollas imposible.