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Después de las derrotas contra Brasil y Paraguay, nuestra selección Colombia se pierde la chance de jugar un Mundial Femenino Sub-20, al cual no vamos desde 2010 y que tal vez sea la última vez que luchemos por un torneo que cambiaría de formato para el año 2020, según la FIFA. En vez de lamentar una clasificación, es hora de hacer reflexiones puntuales sobre el actuar no solo de la selección, sino de la Federación y de los responsables del fútbol femenino colombiano.
Vamos por partes, hay que admitir que nuestra selección sub-20 se preparó rigurosamente para esta competencia internacional, con muchos microciclos desarrollados en Bogotá y Barranquilla en los últimos 6 meses, pero si comparamos la preparación nuestra con la de Brasil o Paraguay, fue constante y de largo aliento, un año entrenándose aunque no hubiese torneos en el corto plazo, pero que aprovecharon adecuadamente cada minuto y segundo, y ahí se evidencian los resultados.
La cuestión ahí es que si se acaba un sudamericano o un mundial, los procesos no se deben detener jamás, ni en Colombia ni en otra selección internacional, porque es como decirle a una persona que pierde una materia en una universidad que no la repita el otro semestre y más bien lo realice el otro año. Si se pierde un sudamericano, la idea es seguir trabajando, seguir preparando a las nuevas generaciones de jugadoras y darles más fogueos o amistosos para motivarlas más.
El mensaje es contundente, señores de la Federación Colombiana de Fútbol, la labor que realizan en el fútbol femenino no ha sido la correcta, deben adoptar nuevas estrategias para fomentar la práctica del fútbol en niñas y mujeres, brindarles más competencias de alto nivel, por ejemplo una liga femenina de un año completo, o un campeonato de reservas sub-20 femenino. Entre más torneos, mejor preparación recibirán las actuales niñas de la sub-20 y las que siguen.
El balance no es malo para nuestra selección Sub-20, ganar el oro en los Juegos Bolivarianos motiva y alegra, pero distinto es un sudamericano donde te enfrentas a selecciones de alto nivel y que cuentan con más horas de preparación. Seguimos siendo potencia a nivel sudamericano, tenemos una liga profesional junto a Brasil y Venezuela, pero el tema es invertir más tiempo en preparación y desarrollo de jugadoras, por eso no nos debemos desanimar, Colombia va por buen camino.
Hay cosas por mejorar y las soluciones deben ser urgentes, no hay tiempo de espera para el siguiente torneo sub-20, ya termina este sudamericano el miércoles y al mes siguiente iniciar un nuevo microciclo, quizás para los Juegos ODESUR y llevar a una selección en mejores condiciones para luchar por el oro de estas justas. Después, que lleven a la Sub-20 a disputar torneos amistosos en Estados Unidos o Europa y así vayan moldeando su forma de juego para un futuro cercano.
Solo resta decirles a estas guerreras de la tricolor, muchas gracias por tan semejante esfuerzo dentro del sudamericano, nos faltó un centavo para el peso, pero la cuestión no es que paren sus sueños como jugadoras, sino que continúen hacia adelante y lleguen algún día a vestir la camiseta de la selección absoluta, porque Chile está a la vuelta de la esquina y la oportunidad de disputar el tercer mundial consecutivo la tenemos ahí. Así que... ¡A seguir trabajando niñas para ser las mejores!.
Foto: @conmebolff