Diosdado Cabello, pasará a la historia de Venezuela por ser el mayor falsificador de la historia del chavismo y su principal muñidor de artimañas y conspiraciones paranoicas, ejerciendo como el brujo de la tribu.

Desde 2014  Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, en compañía de sus operadores políticos, empiezan a envenenar al chavismo con rumores de Golpe de Estado.

Por un lado,   buscan extender una cortina de humo para tapar su implicación en la corrupción y el narcotrafico, delitos de los que le acusa el lugarteniente del mismísimo Hugo Chávez.

Por otro lado, pretende alejar los focos de atención que le señalan como promotor de un Golpe de Estado  contra Maduro desviándolos hacia la oposición.

Y finalmente, construye una farsa de entramado golpista, en el que hace un "tótum revolútum" para implicar a algunos militares críticos y a los líderes de la oposición que le resultan más incómodos, apareciendo como el salvador de la patria.

El montaje no se lo cree ni él mismo, es más cuando habla del complot ante las cámaras de televisión,  duda una y otra vez sobre lo que está afirmando, como si no se hubiera aprendido bien lo que le dijeron que tenía que decir.

 El montaje que se cae por sí mismo, es una chapuza de maestro armero de segunda clase, carente de toda verosimilitud.

La trama: un grupo de jóvenes voluntarios que se prestan al juego de sus superiores a cambio de dinero fácil.

El "juicio expedito"  (Consejo de Guerra, Corte Marcial), se celebra a puerta cerrada, no se facilita información. (ver enlace)

"El manifiesto" o "la proclama" como prueba documental de un supuesto alzamiento,   es para mearse de risa, poco serio, propio de analfabetos o retrasados mentales, nada que ver un llamamiento a la insurrección y menos con un golpe de estado.

Una cosa es hacer política y otra mantenerse en el poder

La orquestación: Maduro convoca a los Consejos Presidenciales monta una parodia de "transmisión de poderes al pueblo" y anuncia expropiaciones y detenciones contra los enemigos del pueblo, que conspiran contra el pueblo, parapetándose detrás de las masas en vez de reconocer su incapacidad para gobernar y su fracaso.

Cuando ya no hay confianza en sí mismos, se recurre al pueblo como escudo y escusa para la derrota.

Decía Lenin que un agitador es el que se las ingenia para remachar cien veces durante cien días en la misma idea, haciendo creer al lector que cada vez se le está contando algo nuevo.

 Un propagandista,   es el que desarrolla un conjunto complejo de ideas, una trama, que permita volver sobre la misma idea una y otra vez, machacando la conciencia de las masas hasta lograr su adoctrinamiento.

El trío formado por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez es la suma de la mediocridad, la incompetencia y la necedad.

Saben que tienen los días contados, saben que su peor enemigo son ellos mismos y saben que van a ser barridos de un momento a otro y no precisamente por la oposición, la oligarquía, ni por el imperialismo, van a ser desalojados por su propia gente.

Y es a eso a lo que más temen, por eso obran dando palos de ciego en una espiral que terminará por devorarlos y arrastrarlos hasta el ojo del huracán.

Lejos de desprestigiar a la oposición, están  creando héroes, mártires y maltratados que restan votos, aliados y credibilidad.

@ordosgonzalo

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