Líderes campesinos de Colombia, que reclaman mejoras para su sector, accedieron este miércoles a reabrir la vía Panamericana, importante ruta de abastecimiento para el suroeste del país y bloqueada desde hace 10 días por manifestaciones.

"Esperamos que las comunidades indígenas cumplan el desbloqueo de la vía y (garanticen) su circulación en condiciones de normalidad a partir del día de mañana", declaró a periodistas el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, al término de un encuentro con representantes campesinos en el que también participó el titular de Agricultura, Aurelio Iragorri.

Según el documento creado por las organizaciones indígenas y firmado por los ministros, el gobierno se comprometió a garantizar una investigación "para determinar las causas de muerte de tres indígenas" fallecidos durante las protestas de los campesinos, en paro indefinido desde el pasado 30 de mayo.

Para lograr el despeje de la Panamericana, cuyo corte ha generado según el gobierno problemas de suministro de alimentos, insumos médicos y combustible en los departamentos de Cauca y Nariño (suroeste), los ministros asistían a una reunión en la zona con representantes de la Cumbre Agraria, el conglomerado de movimientos campesinos, indígenas y afrodescendientes que convocó la protesta.

Hasta el martes, el diálogo se veía complicado por las exigencias que ponía cada parte para sentarse a negociar: el gobierno pedía primero el desbloqueo humanitario de la carretera Panamericana y los manifestantes decían que para ello tenían que tener antes garantías de que no serían "reprimidos".

Centenares de indígenas y campesinos marcharon con antorchas este miércoles en Bogotá en apoyo a la protesta campesina que ya ha provocado numerosos bloqueos de rutas en varios puntos del país y refriegas con la fuerza pública, con un saldo de tres muertos y decenas de heridos y detenidos.

Los campesinos protestan contra el aumento de las importaciones de alimentos, que atribuyen a los tratados de libre comercio con Estados Unidos y Europa. También alegan altos índices de pobreza rural, amenazas de grupos armados irregulares y falta de tierras propias para cultivar.

Además, aseguran que el gobierno ha incumplido acuerdos agrícolas alcanzados tras dos paros de fuerte impacto en 2013 y 2014.

A la protesta campesina se sumó esta semana un paro de camioneros, que piden, entre otras cosas, mejores fletes, la puesta en marcha efectiva de un fondo para la renovación de vehículos, programas sociales para los conductores y seguridad en las vías.