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Los ratones, ratas, hámsters, conejos y otros roedores pueden llegar a ser mascotas geniales
Sin embargo, la habitación donde se encuentra la jaula puede llenarse de un olor desagradable si no se tienen en cuenta las pautas de limpieza a la orden del día. Con la higiene adecuada y un cuidado responsable, ser propietario de cualquier roedor como mascota puede ser una experiencia muy gratificante.
Lo primero que debemos hacer es trasladar a nuestra mascota a un lugar seguro para poder limpiar la jaula. En las tiendas de mascotas podemos conseguir pelotas de plástico cerrado especiales para este tipo de animales para permitirles un poco de libertad y ejercicio al mismo tiempo.
El segundo paso será quitar todos los accesorios que hay en la jaula tales como juguetes, ruedas, recipientes de comida y bebida. Lo que haremos con todos estos elementos es colocarlos en remojo durante unos quince o veinte minutos. Por otro lado comenzamos a limpiar la jaula con agua muy caliente, una cucharada de jabón común y una taza de vinagre blanco. Utilizamos un cepillo para quitar la suciedad más difícil y adherida.
Enjuagamos muy bien tanto la jaula como todos sus accesorios y los secamos con un trapo limpio. Desechamos todo el material de cama que se encuentra sucio y lo renovamos. Volvemos a armar la jaula con todos los objetos que tenía dentro e invitamos a nuestra mascota a gozar de su nuevo hábitat limpio y confortable. Realizando esta limpieza a fondo al menos una vez cada diez días, podremos reducir notablemente los malos olores que pueden generar las jaulas sucias de este tipo de mascotas.