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La Televisión Digital Terrestre, tdt, da para todo. Hay un programa en Divinity sobre dos personal shopper, quienes cambian el estilo ante la necesidad de un evento de alguna persona que se presta para la renovación, para luego ser valoradas por un especialista en moda. Eso sí, no siempre aciertan.
Esto me llevó a pensar en las personas ciegas. ¿Cómo hacen para renovar su vestuario? Porque ¿quién no creyó alguna vez que la dependienta que nos atendía nos estaba mintiendo vilmente?. Ni en chiste nos podía haber dicho que esa falda nos quedaba bien ... aunque lo hizo.
Convengamos que para quienes no pueden ver es más complicado, y más considerando que pueden estar mal asesorados. Si bien perciben como les queda la ropa, hay detalles que están lejos de su alcance. Por eso es importante ir con la persona adecuada.
Combinar los colores de la ropa con la que se vestirán o distinguir los colores son tareas que para cualquier persona pueden resultar habituales y naturales, pero para las personas ciegas es otro cantar.
Eso si, en el mercado de la moda se ocuparon y preocuparon de las tallas de las modelos a raíz del incremento de los casos de anorexia, hasta la barbie lució más saludable. También las empresas que elaboran las gafas empezaron a ofrecer dos anteojos al precio de uno, todo sea por estar a tono con nuestro atuendo.
Sin embargo en los negocios de ropa las inscripciones en braille de las características de la ropa, tipo de prensa, talla o color, siguen siendo inexistentes. Este es un recurso que debería ser parte del negocio.
En el fondo, y hasta que la sociedad inclusiva no impulse este tipo de acciones, la manera de vestir será fruto del buen, regular o mal consejo de sus amigos o familiares de la persona que no puede ver.