Por aquel entonces, corría el año 95, la joven franquicia de Florida llegó a la última serie de la pos temporada tras haber eliminado a los Bulls de un Jordan recién reincorporado al equipo tras su primera retirada y a los Indiana Pacers de Reggie Miller en la Final del Este. Varios nombres quedan en el recuerdo de aquella plantilla de Orlando: Dennis Scott (tirador infalible, hasta el punto de lograr esa misma temporada el récord de triples anotados de toda la Liga), Nick Anderson (quien no le iba a la zaga al propio Scott) u Horace Grant (coleccionista de anillos). Pero dos jugadores brillaban por encima de todos: Penny Hardaway (en su día descrito como el nuevo "Magic" Johnson), un base tan espectacular como efectivo, tan elegante como técnico y, más que nada, tan bueno. El otro hombre era un jovencísimo Shaquille O'Neal, el pívot más dominante del momento y que gobernó la NBA a su antojo durante más de una década. En esos años, el bueno de Shaq aparecía por primera vez en la Final NBA (luego llegarían 5 más con Lakers y Heat). Pero, ni siquiera la buena química del equipo ni la explosividad de Hardaway o la contundencia de O' Neal valieron para conseguir arrebatarles como mínimo un partido a los Rockets de Olajuwon, disparados a la conquista del anillo por segundo año consecutivo. Si en el 94, "el bailarín de claqué" dio buena cuenta de Patrick Ewing y sus Knicks, imponiéndose 4-3, contra los imberbes Magic y su líder Shaq, se despachó completanto una elimintatoria memorable ante un impotente O'Neal.

Ayer, en el Amway Arena de Orlando, la franquicia de esta ciudad de apenas medio millón de habitantes, alcanzó su segundo FInal, catorce años después. Como guía, una versión musculada y más descomunal, más aun si cabe, de Shaq: Dwight Howard. Nadie de los Cavs pudo retener a Superman, quien acabó con 40 puntos y 14 rebotes. Pero, si por algo han conseguido los Magic derrotar a Lebron y compañía ha sido gracias a su enorme labor de equipo, en la que Lewis, Turkoglu, Alston y un extraordinario Pietrus saliendo dese el banco, han aportado cada uno lo mejor que llevan dentro. Justo lo contrario que el club de Ohio, donde James ha acaparado, para bien o para mal, todo el protagonismo. Si un jugador de tu roster, tu líder indiscutible, promedia 41 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias en toda la serie y no consigues ganarla, algo no se ha hecho correctamente en los Cavs. O no se intentó explicar que el baloncesto es un juego coral. SIn embargo, Stan Van Gundy, sí que ha sabido trasladar ese concepto al sistema de los Magic., con un resultado totalmente imprevisible, por positivo, para la mayoría de analistas de la Liga, quienes no daban ninguna opción a los de Florida.

En su única final anterior, en el año 95, Los Magic cayeron 4-0 ante los Rockets de Olajuwon

Tampoco, ya sabida la Final, vuelven a apostar por Orlando como favorito al anillo. Los Lakers, eso es evidente, cuentan con muchas y más diversas armas que Cleveland a la hora de ofrecer un prolongado, si hace falta, o intenso, si se media la ocasión, cara a cara. El jueves en Los Angeles comienza la batalla por el título.¿ Repetirán los Magic el "sweep" (4-0) en contra del año 95? Difícil de creer. La ilusión de dos ciudades, tan distitntas entre sí, empieza a alimentarse desde la confianza en sus equipos. Esperemos encontrar una FInal apasionante y de gran nivel.