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Hablando de telenovelas.
Desorganizado y un poco incoherente fue el final de la exitosa Cuidado Con El Ángel. Marichuy (Maite Perroni) y su "Cura-locos" (William Levy) fueron muy felices, pero el espectador quedó un poco sorprendido con una boda de tres días, con preguntas que nunca se respondieron y una luna de miel que más parecía campamento escolar. Sin embargo, este final no afectó el rating ni impide que Cuidado Con El Ángel entre al Hall de la Fama de las teleno
velas.
Cuidado Con el Ángel ha adquirido niveles de fenómeno telenovelero gracias a altos ratings en México y en el extranjero, y una gran masa de fans. Gran parte de su popularidad se debe a sus protagonistas, la fabulosa dupla Levy-Perroni que combinó sex-appeal, talento y una química explosiva en el debut protagónico de ambas estrellas.
Cuidado Con El Ángel estaba vagamente inspirada en Una Muchacha Llamada Milagros, uno de los guiones más controversiales de Delia Fiallo. En esta versión, adaptada para un horario de la tarde, se limitaron temas polémicos como la violación de la protagonista y se redujeron personajes y subtramas. En cambio, se le agregó una dosis excesiva de violencia que contrastaba con los cuentitos infantiles que entretenían a Mayita (Sarai)
Importantes historias secundarias que ilustraban el apostolado del protagonista con jóvenes delincuentes, desaparecieron. Se dispensó de la historia de Elsa, que en la original era un personaje casi tan importante como Marichuy, pero que en esta versión no pasó de ser una excusa para dar trabajo a África Zavala.
A cambio, se incluyó un fondo paranormal de una abuela fantasma (Beatriz Aguirre) que habitaba el desván de la Mansión San Román. Aunque fascinante, el tema nunca se desarrolló bien. No se sabía por qué la abuela seguía aburriéndose entre muebles polvorientos, por qué sólo Mayita podía verla y por qué siendo fantasma tenía tan poco poder para asistir a sus desolados hijos Juan Miguel y Rocío (Sherlyn) en sus muchas cuitas. Al final la única utilidad de la Abuela Mariana era contarle cuentos a Mayita.
Los primeros meses de la telenovela fueron un verdadero placer ya que se centraron en Marichuy y Juan Miguel, personajes muy ricos en posibilidades. Ambos verdaderos “taquitos de ojo” que estando juntos abrasaban la pantalla y el corazón del público. Lamentablemente, exigencias argumentales creadas por la propia Delia Fiallo, separaban a los protagonistas, incluso geográficamente.
La Perroni y Levi fueron las estrellas salvadoras de este melodrama.
Sólo que lo que en la original tomaba un par de meses, en esta versión se alargó por más de la mitad de la telenovela. Durante este proceso, Juan Miguel se volvió uno de los héroes más aporreados emocionalmente de las telenovelas y Marichuy se convirtió en una caprichosa injusta, lo que diluyó el pegamento que sostenía la trama, la química sexual de los protagonistas.
No se entendía como Marichuy no podía perdonar a quien toda fémina de Cuidado Con El Ángel amaba. Y el viejo cuento que Juan Miguel debía pagar un antiguo “ultraje” ya no funcionaba. Mal se podía castigar a un hombre por robarle un beso a Maite Perroni, cuando los espectadores deseaban hacer lo mismo, y las espectadoras soñaban con ser perseguidas por William Levy bajo la lluvia tal como le ocurría a Marichuy en sus pesadillas.
Clichés y disparates
Para alargar la historia se recurrió a viejos clichés hollywodenses. Marichuy quedaba ciega y Juan Miguel tomaba un curso relámpago de oftalmología para devolverle la vista. Después de muchos dengues y media docena de malos entendidos, Marichuy perdonó al padre de su hijo y volvió a ponerse un vestido de novia (muy parecido al primero) y fue a la iglesia a casarse con su “Curalocos”. Ahí comenzaron los disparates.
No se sabe qué fue mas ilógico: si que Ana Julia (Michelle Vieth), en el noveno mes de embarazo pudiera raptar a Marichuy sin ayuda, o que una víctima de secuestro se pusiera a atender el parto de quien pretendía achicharrarla viva. Aunque la mayor incógnita es cómo Ana Julia dio a luz sin quitarse sus ajustados jeans.
Finalmente, Marichuy y Juan Miguel, más lindos que muñequitos de pastel de bodas, se juraron amor eterno ante el altar y tuvieron una fiesta de vecindad que tomó casi tres horas de telenovela. Luego se fueron de luna de miel, y en vez de devorarse a besos, se dedicaron a hacer deporte y a recibir sus hijos que les cayeron del cielo en paracaídas.
A pesar de este curioso final, Cuidado Con El Ángel fue una telenovela muy llamativa cuyo mayor mérito residió en sus protagonistas. Ahora basta esperar a ver si Maite y William repiten su hazaña de enamorar a una audiencia con su sola presencia.