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Este miércoles la canciller Angela Merkel recibe a Sergio Marchionne, director gerente de la automotriz, mientras circulan rumores sobre Lancia. Por otra parte, Volkswagen abriga sospechas sobre la situación financiera de Porsche, su eventual adquirente
Según allegados a Marchionne, Fiat ofrecería a Alemania desprenderse de Lancia –en pleno lanzamiento publicitario de un modelo menos caro- a cambio de tomar Opel (todavía en manos de la vacilante General Motors). La versión ha caído pésimo en Italia, especialmente a los sindicatos.
Sucede que, fuera de Fiat misma, Alfa Romeo y Lancia son las marca vendidas de la empresa que preside Luca Cordero Montezemolo. El canje Opel-Lancia es una seria posibilidad, según la revista germana “AutomobilWoche”.
No existe, empero, la menor señal de que el asunto figure en la agenda de encuentros programada por Marchionne. Sea como fuere, recién se conocerá la propuesta italiana tras las conversaciones con Merkel. “Opel y Lancia representan dos segmentos de mercado y dos públicos muy distintos entre sí”, apuntaba en Turín alguien próximo a Montezemolo.
En cuanto a la eventual división de GM en Europa occidental no se trata sólo de Opel, sino también de la británica Vauhall y la sueca Saab. Ello sin contar la japonesa Suzuki-Isuzu ni la surcoreana Daewoo (quizá la de mejor desempeño financiero).
Tocante a Porsche-VW, el problema es de otro tipo. Al parecer, el directorio de la segunda (mayor automotriz europea y cuarta del mundo) acaba de suspender negociaciones pro fusión con la marca de lujo. Motivos: exigen más transparencia financiera. En realidad, esto trasunta duros roces entre las familias Piëch (VW) y Porsche, para colmo primos entre sí y –en el caso de Ferdinand Piëch- con cargos en ambas cúpulas.