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Parece un chiste de mal gusto, pero no, ni si quiera en el Indianapolis Motor Speedway Fernando Alonso se libra de que el motor Honda falle. A tan sólo 21 vueltas del final de carrera, mientras circulaba en séptima posición, el motor de su monoplaza dijo "basta" en la edición 101º de las 500 Millas de Indianápolis. De 179 giros al óvalo, 27 estuvo en cabeza, y la vuelta rápida de la carrera sigue siendo suya.
El equipo Andretti se llevó el título de la carrera, aunque no con el piloto que deseábamos la mayoría de los españoles. El ex piloto de Fórmula 1 Takuma Sato fue quien se llevó la victoria, convirtiéndose así en el primer piloto japonés en beber leche en el podio de Indianápolis.
La simbología tan presente que hay en la Indycar se pudo observar en la ceremonia que precedió la carrera. No faltó de nada: marcha y saludo militar y de veteranos, presentación de los pilotos, el himno nacional, miles de personas con la mano en pecho y el legendario "Ladies and gentleman, start your engines", que fue modificado por "Drivers, start your engines".
Con un comienzo de carrera presidido el actor Jeffrey Dean Morgan a los mandos del Pace Car, el poleman Scott Dixon consiguió mantener la primera posición durante un gran número de vueltas. Por detrás, Fernando Alonso partía desde la quinta posición aunque, durante los primeros metros, se lo tomó con calma y se colocó en novena posición. Fernando llevaba la "(R)" en su marcador oficial, que significa novato (rookie).
El brasileño Helio Castroneves (Penske) fue unos de los pilotos que más dio de sí en la pista, con extraordinarios adelantamienrtos a pesar de haberse visto implicado en el espectacular accidente de Jay Howard (Schmidt Peterson) y Scott Dixon (Chip Ganassi). Este accidente causó la primera bandera amarilla de la carrera cuando el británico ya había perdido seis vueltas por problemas mecánicos y, al ser doblado, perdió la línea, se fue por la zona sucia e impactó contra el muro exterior. Scott Dixon, no pudo esquivarlo y voló hasta chocar contra el muro interior. Afortunadamente, aunque el coche quedó para es desguace, el piloto neozelandés salió ileso y Castroneves tan sólo perdió un aletín trasero.
"Ha sido una pena, merecíamos acabar la carrera, experimentar la última vuelta", dijo Alonso tras la retiradaAlonso buscaba en la Indy lo que McLaren no le puede dar en la Fórmula 1: competitividad. Y lo encontró, volvió a sentirse competitivo otra vez, algo que ya solo recordaba en la lejanía, pero ese sueño se desvaneció otra vez como tantas veces ha ocurrido ya. El paso adelante del piloto asturiano también estuvo rodeado de cierta mística, buscando obtener la triple corona (GP de Mónaco de Fórmula 1 + 500 millas de Indianápolis + 24h de Le Mans) y convertirse de uno de los pilotos más grandes de la Historia.
La peor noticia posible. Fernando Alonso rompe el motor a escasas vueltas del final. #IndyMovistar pic.twitter.com/t8Sw2cY2TO
? #0 (@cero) May 28, 2017
Tras la vuelta lanzada, el bicampeón del mundo de Fórmula 1 perdió cuatro posiciones, aunque su primer adelantamiento llegó en la vuelta cinco, curiosamente a Takuma Sato. Poco a poco fue ganando posiciones, siguiendo la escalada hasta el liderato en la vuelta 36. Durante 12 vueltas, Fernando Alonso estuvo a la cabeza de la carrera. Sin embargo, al tener que ahorrar combustible, sus compañeros de equipo Rossi y Sato empezaron a intercambiarse las posiciones con el piloto español. Tras el accidente entre Dixon y Howard, el ritmo de carrera de Alonso fue suficientemente elevado como para recuperar el liderato en la vuelta 130, con el también español Oriol Servià en quinta posición.
Después de varias banderas amarillas y un par de paradas en boxes que no beneficiaron mucho al piloto de McLaren (noveno en ese momento), consiguió recuperar un par de posiciones colocándose séptimo. Y llegó la vuelta 179, donde el coche naranja con dorsal 29 dijo adiós a cualquier opción de victoria. Desafortunadamente para el catalán, también tuvo que abandonar a unas pocas vueltas del final tras un accidente múltiple en el que se vieron implicados cinco coches perdiendo la oportunidad también de poder luchar por la victoria hasta el final.
Los motores Honda cumplieron con los peores pronósticos, brindándonos varias roturas de motor. Antes del abandono del piloto ovetense, habían caído también los propulsores de Ryan Hunter-Reay (Andretti) y Charlie Kimball (Chip Ganassi). Pero con 18 coches en pista y equipos como Andretti y Ganassi, resultaba muy complicado pensar que la marca japonesa no fuera a sacar provecho de su superioridad a nivel de ritmo. La marca nipona dominó la cabeza de carrera con cuatro de los cinco primeros coches equipando sus motores. A pesar de pecar en fiabilidad, los motores Honda demostraron ser más veloces que los de Chevrolet.
A quien el motor Honda no le falló fue a Takuma Sato, que luchó hasta el final por la victoria de las 500 Millas de Indianápolis muy disputada; es el primer japonés que gana la carrera. Castroneves ocupó el segundo lugar del podio dejando a Ed Jones (Dale Coyne) el bronce. A pesar de que ninguno de los dos pilotos españoles llegaron a ver la bandera a cuadros, en la clasificación oficial apareceren Oriol Servià 21º y Fernando Alonso 24º, pero nada sería más injusto que no reconocer el espectáculo que ambos brindaron. De buen seguro que no será la última vez que les veamos competir en Indianápolis.
Como curiosidad, os diré que esta edición de las 500 Millas ha disparado las audiencias de países hispanoamericanos. Movistar+ no ha facilitado todavía los datos de audiencias de la carrera, que se pudo seguir a través del canal #0 de la plataforma.