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Consejos para descubrir la felicidad cotidiana, al margen de las preocupaciones de la rutina
Las preocupaciones son como muros que no nos dejan ser felices. Sin embargo, no por preocuparte más de aquello que te roba la paz, vas a solucionar antes todos esos miedos y dificultades que son propias del vivir. Las preocupaciones matan nuestras ilusiones, duelen en lo más profundo del alma. ¿Cómo ser feliz cuando las preocupaciones no te dejan serlo? En primer lugar, cambiando de actitud. Puede que las dificultades sigan allí, sin embargo, tú puedes vivirlas de otro modo, intenta no tomarte todo tan a pecho, no llevarlo al plano personal. Las preocupaciones forman parte de la vida.
Siempre tendremos obstáculos, en mayor o menor medida. Los obstáculos solo desaparecen con la muerte. Es decir, desde esta perspectiva, las dificultades son vida. Por otra parte, diferencia entre el hecho en sí mismo y la preocupación que cobra vida propia en tu mente. Son dos planos diferentes. Intenta vivir más centrado en el plano de la realidad, porque con mucha frecuencia, aquello que imaginamos de una situación en concreto es peor que la realidad en sí misma.
Aunque suene tópico, la mayoría de los problemas se relativizan cuando los pones en contacto con el ahora, o también, cuando te pones en la situación de una persona que está sufriendo por un malestar mayor. Y desde esta perspectiva, aquello que a ti te ocurre ya no te parece tan grave. Intenta no encerrarte en ti mismo, esta mismidad del ego suele ser una consecuencia directa de dar un peso excesivo a las preocupaciones.
¿Qué ganas cuando las preocupaciones te roban el sueño? Pierdes horas de descanso, empeora tu estado de ánimo, te sientes triste y apático. Es evidente que los problemas nos afectan, sin embargo, intenta afrontar la situación de otra forma. Por ejemplo, no te guardes todos tus problemas, háblalos con otras personas.
Busca espacios de relajación para alcanzar la paz mental: el placer de una siesta, un concierto de música clásica, un paseo por un entorno verde, un lugar tranquilo en el que te sientes tan bien como en tu propia casa.
Una de las frases filosóficas de amor más bonitas es ésta de Robert Browning: "Quiten el amor y nuestra tierra es una tumba". Por tanto, abraza con todo tu corazón tu valentía, tu ilusión, tu esperanza, tus fortalezas, tu esencia. Serás más feliz y te sentirás más preparado para solucionar los problemas.
Escribe un diario, aunque no tengas la constancia de hacer nuevas anotaciones cada día, puedes vivir tu diario como un confidente. Tu pequeño refugio personal para poner tus secretos por escrito. Y a través de la escritura puedes exteriorizar aquello que está enquistado a nivel interno.
Que tus preocupaciones no te roben la paz necesaria para vivir este instante. Tu superación y tu fuerza son alas para crecer más allá de los miedos. O también, escucha canciones con un mensaje positivo. Por ejemplo, la canción "Que nadie" de Manuel Carrasco: "Que nadie calle tu verdad, que nadie te ahogue el corazón, que nadie te haga más llorar".
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