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El expresidente socialista Felipe González afirmó este miércoles que se siente engañado por el actual líder del PSOE, Pedro Sánchez, porque el pasado junio le dijo que se abstendría en una segunda votación para permitir la investidura del presidente en funciones, Mariano Rajoy.
"El 29 de junio me explicó que pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo", declaró Felipe González en una entrevista en la radio Cadena Ser, sobre una reunión que mantuvo con Sánchez tres días después de las últimas elecciones generales.
"Me siento frustrado, como si me hubieran engañado", aseguró González, tras explicar que Sánchez le aseguró que votaría en contra de Rajoy en la primera votación y que después pediría a sus diputados abstenerse para permitir al líder del Partido Popular (PP) ser investido de nuevo.
Pero a la hora de la verdad, el PSOE votó en contra de su investidura, alargando el bloqueo de nueve meses con Gobierno en funciones y acercando la amenaza de unas terceras elecciones generales en un año.
A pesar de las presiones internas y externas para que permita gobernar en minoría a Rajoy, tras nueve meses de bloqueo, Sánchez mantiene el 'no' al PP y quiere intentar liderar un ejecutivo, contra la opinión de una parte de su partido.
Desde diciembre de 2015, la fragmentación parlamentaria entre cuatro grandes partidos por la irrupción de la izquierda radical Podemos y del centroderecha de Ciudadanos dificulta la formación de un ejecutivo. El Partido Popular obtuvo 137 diputados sobre 350 el 26-J y, con el apoyo de los 32 de Ciudadanos, podría gobernar en minoría si el PSOE (85 escaños) se abstiene.
En el PSOE hay una guerra abierta entre los afines a Sánchez y los partidarios de una abstención, como Felipe González.
Para liderar un gobierno alternativo de izquierdas, Sánchez necesitaría pactar con Podemos y obtener la luz verde de los independentistas vascos y catalanes, que a cambio reclaman un referéndum de autodeterminación, una condición inaceptable para gran parte del PSOE.
Ante esta división, Sánchez convocó unas primarias dentro del partido para el 23 de octubre con la esperanza de verse reforzado por las bases, que le son favorables en su oposición a Rajoy. Sus críticos multiplican sus maniobras para forzarlo a dimitir en una reunión de la ejecutiva del partido el sábado.
"Alguno tendrá que asumir la responsabilidad por ir de derrota en derrota", criticó González. Desde hace un año, el PSOE encadena mínimos históricos en todas las elecciones autonómicas y legislativas celebradas en el país.