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Primeras versiones sobre la masacre en Samaniego
A esta población, donde en el casco urbano viven unas 20.000 personas, lo volvieron a rondar las bandas criminales que pugnan por el control del narcotráfico en Nariño. Una de esas bandas acabó con la vida de un grupo de al menos 20 muchachos, varios de ellos universitarios que se reunieron a las afueras de Samaniego para festejar el cumpleaños de uno de sus amigos.
Eligieron una casa finca, con el objetivo de no incomodar a nadie y, quizá, huyéndole a que la Policía evitara el festejo teniendo en cuenta las restricciones por la pandemia, teniendo en cuenta las restricciones que hay en muchísimas comunidades del país donde los fines de semanas hay toques de queda y ley seca.
“Se reunieron varios muchachos universitarios para celebrar un cumpleaños. Estaban cansados del aislamiento tan largo, se reunieron a tomar una cerveza”, señala un familiar de una de las víctimas.
El festejo, en el cual se compartió música, cervezas y otros licores, pasaba sin ningún contratiempo. Sin embargo, en los alrededores de la vereda Santa Catalina, unos estruendos empezaron a preocupar, y es que siendo las 11 de la noche del sábado cuando empezaron a sonar disparos los cuales no paraban acabando con la vida de unos e hiriendo a otros,
Otro familiar de las personas que se hallaban allí expresó que, según los relatos de los sobrevivientes, un grupo de hombres armados llegaron a la finca. Sin decir mayores palabras, empezaron a disparar contra todos los jóvenes que se encontraban allí, de hecho, los vecinos de esa casa llamaron a sus familiares en el casco urbano para avisar lo que estaba ocurriendo. Los estallidos de la balacera se hacían desesperantes.
“Empezaron a dispararle a cualquiera que intentara escaparse. Entraron e inmediatamente dispararon a cualquiera que se encontraran por ahí”, cuenta el familiar de una de las víctimas.
La acción armada no medía quiénes estaban en la zona. El familiar, quien perdió a un primo, manifiesta que otro de sus primos estaba en el festejo, pero por fortuna logró salvarse. El joven sobreviviente relató que luego de que empezaran los disparos, él optó por lanzarse a una zanja o hueco, con el objetivo de que no lo alcanzara una bala, una vez allí, se tiró y fingió que estaba muerto. Contó que incluso a algunos que estaban heridos, los remataron con más disparos asegurándoles su injusta partida de este mundo.
ONU también rechaza masacre de nueve jóvenes en Samaniego
En Samaniego y buena parte de Nariño delinquen, al menos, unos 12 grupos al margen de la ley, entre ellos disidentes de las Farc, clan del Golfo y el Eln.
Justamente el Eln y las disidencias de las Farc desde el comienzo de la pandemia buscaron atemorizar a la población de este pueblo nariñense con panfletos que rondaban por las calles, en los cuales se exigía que estuviesen en sus casas.
Hacia la una de la madruga de este domingo, en todo el pueblo ya se conocía lo que ocurrió en la vereda Santa Catalina, en un terreno rápidamente acordonado por la Policía y a donde los padres que sabían que sus hijos estaban allí fueron a llorar a los jóvenes fallecidos.
Las nueve víctimas eran jóvenes de entre 17 y 26 años, y fueron identificados como: Oscar Andrés Obando (17 años), Laura Michel Melo (19 años), Campo Elías Benavides (19 años), Daniel Vargas (22 años), Bayron Patiño (23 años), Rubén Darío Ibarra (24 años), Jhon Sebastián Quintero (24 años) y Brayan Alexis Cuarán (25 años). La novena víctima sería la caleña Yésica Zúñiga Jaramillo, de 26 años.
A la masacre de nueve jóvenes en Samaniego, la Organización de las Naciones Unidas, suma el homicidio de dos niños afrodescendientes, los pequeños iban a realizar una tarea escolar en un barrio de Leiva, Nariño, hace ocho días.
Tras esto, reiteran a “los grupos ilegales su obligación de respetar la vida e integridad de todas las personas”, añadiendo que darán un seguimiento con autoridades judiciales a los dos hechos. Según la Organización, frente a la masacre y el homicidio de los dos niños en Nariño, “se debe responder con una investigación pronta y eficaz para judicializar a los responsables, y con acciones de prevención para proteger la vida de las comunidades en la cordillera nariñense”.
Expreso mis condolencias y solidaridad a la familia de las víctimas de la masacre y del homicidio de los dos niños y al pueblo nariñense, Dios conceda fortaleza a familiares, amigos y conocidos, que en paz descansen.
Con información de distintas fuentes periodísticas de Colombia y testimonios publicados en redes sociales de quienes estuvieron en los hechos.
Muchísimas gracias por leer.
Algunos jóvenes se salvaron fingiendo su muerte