La exposición, de conjunto, resulta una semblanza de Tánger, un enclave multicultural de comunidades musulmanas, judías y cristianas. Tánger ha atraído la atención de numerosos grandes artistas artista de la historia, que buscaban los colores y la luz, algunos pasaron temporadas allí, otros vivieron y otros visitaron la ciudad.

"No conozco otra ciudad del mundo que tenga el poder de atracción que tiene Tánger", escribió Alfonso Fuentes en la reseña de una de las exposiciones de Miguel Martí y añadió que ése fue el caso de éste, con el resultado de una obra "inmediata y llena de color en la que podemos sentir los olores y los sonidos de la misma y que nos lleva a los cafés tangerinos, por las calles de la Medina, por sus fuentes y cómo no, por el Zoco Chico". La exposicíon está formada por grabados y collages del artista.

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