¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Redacción Deportes escriba una noticia?
Un alpinista español, miembro de una expedición que intenta una temeraria ascensión invernal del Everest, tuvo que ser evacuado de las laderas de la mayor cumbre del mundo, informó este lunes la agencia organizadora.
Carlos Rubio, de 28 años, y su compatriota Alex Txikon, de 35, están en el Everest desde principios de enero para intentar la primera ascensión invernal sin oxígeno de esta montaña en cerca de 30 años.
El dúo estaba el viernes en el campamento dos -de los cuatro con que cuenta el recorrido- a 6.400 metros de altura cuando Rubio tuvo que ser evacuado en helicóptero.
"Fue evacuado debido a los efectos del mal de altura", declaró a la AFP Tashi Sherpa de la agencia Seven Summits Trek.
"No podía prácticamente caminar. Estaba muy, muy débil", dice Rubio en un vídeo colgado en Youtube el domingo, en el que relata su calvario físico.
Preguntado por la AFP en su cama de hospital, el deportista lamentó su "mala suerte". "Acabábamos de partir del campamento cuando me ocurrió (...) Era mi primera vez en una montaña de más de 8.000 metros. Era un proyecto ambicioso", dijo.
La última ascensión invernal exitosa al 'techo del mundo' se produjo en 1993, y fue realizada por un equipo japonés. Pero hay que remontarse hasta 1987 para una ascensión invernal sin oxígeno que fue completada por un alpinista nepalés.
La ascensión del Everest es mucho más difícil en invierno que en primavera -alta temporada para los alpinistas que intentan escalar sus 8.850 metros- debido a sus vientos violentos y a su frío extremo.
Las temperaturas en la cumbre en invierno llegan de media a los -36°C y pueden descender hasta los -60°C.
Por su parte, el compañero de cordada de Rubio prosiguió su ascensión. Acompañado por cuatro guías nepaleses, llegó al campamento tres durante el fin de semana y espera llegar al cuatro este lunes.
La expedición de Txikon espera llegar a la cumbre en la primera semana de febrero. Antes de llegar a la cumbre, los alpinistas deben hacer varias idas y vueltas entre los campamentos para habituar su organismo a las grandes alturas.