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Un equipo científico ha descubierto que una clase de células del sistema inmunológico –las células T reguladoras o Tregs- que abundan en el tejido adiposo abdominal de humanos y ratones con peso normal, están virtualmente ausentes en el mismo tejido de personas y ratones obesos y diabéticos
Un equipo científico ha descubierto que una clase de células del sistema inmunológico –las células T reguladoras o Tregs- que abundan en el tejido adiposo abdominal de humanos y ratones con peso normal, están virtualmente ausentes en el mismo tejido de personas y ratones obesos y diabéticos. El trabajo, que describe por primera vez la diabetes tipo II como una enfermedad inmunológica, se publica esta semana en Nature Medicine.
La obesidad está alcanzando niveles récord en el mundo junto con un aumento paralelo y alarmante de la diabetes tipo II y resistencia a la insulina, entre otras enfermedades metabólicas. Ahora, los investigadores están sólo empezando a atisbar la relación entre la Obesidad y el sistema inmunológico.
«En este trabajo se afianza claramente esta relación» explica Laura Herrero, que es miembro del grupo de investigación de Regulación Génica de la Oxidación de Ácidos Grasos y de la Cetogénesis que dirige el catedrático Fausto García-Hegardt en la Universitat de Barcelona. «Por primera vez ahora somos capaces de empezar a pensar en la diabetes tipo II como una enfermedad inmunológica». El trabajo ha sido dirigido por investigadores de Harvard Medical School, en el Joslin Diabetes Center (Boston, Estados Unidos); Diane Mathis, catedrática de patología de Harvard Medical School y Steven E. Shoelson, endocrinólogo y catedrático de Medicina del Joslin Diabetes Center.
El equipo ha descubierto que las células T reguladoras, que hasta ahora se creía que sólo regulaban a otras células inmunes, actúan como unión entre el sistema metabólico y el sistema inmunológico, mediando la inflamación en el tejido adiposo. El tejido adiposo no sólo contiene adipocitos, las células encargadas del almacenamiento de la grasa, si no que también cuenta con la presencia de una gran variedad de células inmunológicas. «En nuestro trabajo –comenta Laura Herrero- hemos visto que el tejido adiposo de ratones y personas obesas y diabéticas se caracteriza por una dramática ausencia de células T reguladoras, mientras que la presencia de estas células en el tejido adiposo de individuos delgados los protege de la diabetes tipo II y resistencia a la insulina».
También hemos visto –continúa– que las células Tregs aumentan con la edad en el tejido adiposo visceral de un individuo con peso normal pero no el subcutáneo. Este hallazgo es importante ya que el tejido adiposo visceral ha sido relacionado directamente con la resistencia a la insulina, al contrario que el subcutáneo. Además, hemos encontrado que otro tipo de células inmunológicas inflamatorias, los macrófagos, están inversamente relacionadas con las células Tregs. Es decir, que mientras el tejido adiposo de un individuo obeso y diabético está lleno de macrófagos inflamatorios pero casi carente de células Tregs, en el tejido adiposo de un individuo con peso normal tenemos la situación contraria».
La diabetes de tipo I y II manifiestan los mismos síntomas pero las bases que las causan son completamente diferentes. En concreto, la diabetes de tipo I es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca al páncreas, casi en un tipo de reacción alérgica, inhabilitándolo para producir insulina. La diabetes de tipo II es una enfermedad estrictamente metabólica donde las células se vuelven progresivamente sordas a las señales de la insulina y por lo tanto pierden su habilidad de metabolizar el azúcar. En ambos casos los niveles de glucosa aumentan en la sangre hasta niveles, algunas veces fatales.
Se cree que la inflamación causada por los macrófagos produce resistencia a la insulina y, según lo deducido en este trabajo, las células Tregs mantendrían los macrófagos a raya en el tejido adiposo normal previniendo por tanto la inflamación. Éste es un concepto totalmente nuevo e importante ya que los inmunólogos habían pensado siempre que la función de las células Tregs era simplemente controlar a otros linfocitos T. Durante décadas las células Tregs se conocían como guardianas del sistema inmunológico, garantizando que cuando las células blancas atacan a un patógeno extraño no se sobrepasen y dañen el propio tejido. Un incorrecto funcionamiento de las células Tregs se ha relacionado recientemente con enfermedades tan diversas como la esclerosis múltiple y ciertos tipos de cáncer.
Según los expertos, potenciar las propiedades anti-inflamatorias de las Tregs puede tener una aplicación terapéutica contra las enfermedades metabólicas como la diabetes de tipo II y la resistencia a la insulina. «Ahora estamos viendo que las células Tregs pueden ser necesarias también para prevenir la Diabetes», comenta Laura Herrero, que realizó su postdoctorado en el Joslin Diabetes Center bajo la dirección del catedrático Steven E. Shoelson, y que en esta investigación ha realizado todos los experimentos in vivo con ratones delgados y obesos (genéticamente o por dieta rica en grasa) y el estudio del fenotipo metabólico.
Fuente: UB / Nature Medicine 2009; 26 de julio: doi:10.1038/nm.2002