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Representación artística del asteroide troyano Hektor, el mayor conocido, y su luna de 12 kilómetros. H. Marchis y F. Marchis
Tras 8 años de observaciones, los científicos del Instituto SETI han encontrado una órbita exótica para el mayor asteroide troyano conocido, (624) Hektor, el único del que sabemos que posee una luna.
El cómo se formo este sistema doble compuesto por un objeto principal y una pequeña luna es todavía un misterio, pero los exámenes realizados mostraron que el asteroide podría ser un objeto procedente del cinturón de Kuiper que fue capturado por la gravedad de Júpiter durante el proceso de reorganización de las orbitas de los planetas gigantes de nuestro sistema solar.
Este estudio, basado en datos del Observatorio WM Keck y observaciones fotométricas de telescopios de todo el mundo, sugiere que el asteroide y su luna son producto de la colisión de dos asteroides helados. Este trabajo arroja luz sobre las complejidades existentes durante los primeros millones de años de nuestro sistema solar, cuando aun se estaban formando los grandes núcleos de los planetas gigantes y comenzaban a capturar o formarse sus lunas.
En 2006, un pequeño equipo de astrónomos dirigido por Franck Marchis, astrónomo del Centro Carl Sagan del Instituto SETI, detectó la presencia de una pequeña luna de 12 kilómetros de diámetro alrededor del gran asteroide troyano (624) Hektor utilizando el telescopio de 10 metros Keck II situado en la cima del Mauna Kea, equipado con una cámara de infrarrojos, la Near-Infrared Camera 2 o NIRC-2 y un sistema de óptica adaptativa y un sistema de guía estelar láser (LGS-AO).
Desde entonces, colaboraron con varios investigadores de la Universidad de California en Berkeley con el fin de determinar la órbita de esta luna y comprender el origen del sistema. Los asteroides troyanos son aquellos que están atrapados temporalmente en la órbita que describe Júpiter alrededor del sol, situados unos 60 grados por delante o por detrás de él.
Pese a que se lleva estudiando este asteroide durante ya ocho años, según Marchis había un par de problemas importantes antes de que pudiese publicarse un trabajo sobre este objeto. ’El principal era técnico: el satélite sólo puede verse con un telescopio como el Observatorio Keck equipado con LSG-AO, pero el tiempo de observación con el poderoso Keck de es muy apreciado y la disponibilidad es limitada. En segundo lugar, la órbita del satélite es tan extraña que tuvimos que desarrollar un nuevo y complejo algoritmo para poder precisarla y entender su estabilidad en el tiempo.’
La investigación, llevada a cabo con la asistencia de expertos de los colegas en el Institut de Mécanique Céleste et de Calcul des efemérides (IMCCE) del Observatorio de París, reveló que esta luna 12 kilómetros completa una órbita alrededor de la gran asteroide de 250 kilómetros cada 3 días y se sitúa a una distancia de 600 kilómetros, describiendo una elipse inclinada casi 45 grados con respecto al ecuador del asteroide.
‘La órbita de la Luna es elíptica e inclinada con respecto a la rotación de Hektor, es muy diferente a la de otros asteroides observados con satélites situados en el cinturón principal’, comento Matija Cuk, no de los autores del trabajo del Centro Carl Sagan del Instituto SETI. Las simulaciones informáticas realizadas en este curioso sistema muestran que la órbita de esta luna se mantiene estable durante millones de años.
‘Hemos construido varios modelos partiendo de los datos fotométricos, pero a favor de un modelo formado por dos lóbulos, ya que algunas de las mejores observaciones con ópticas adaptativas sugieren que el asteroide troyano tiene una estructura dual’, comento Josef Durech, coautor e investigador de la Universidad Carolina de Praga.
‘También mostramos que Hektor se podría ser una mezcla de roca y hielo, similar a la composición de los objetos del cinturón de Kuiper, Tritón y Plutón. Cómo Hektor se convirtió en un asteroide troyano, que se encuentra a sólo 5 veces la distancia Tierra-Sol, es algo probablemente relacionado con la reorganización a gran escala que se produjo cuando los planetas gigantes seguían migrando’, señalo Julie Castillo-Rogez, investigador del JPL.
Descubierto en 1907 (624) Hektor recibe el nombre provisional 1907 XM. Su satélite, descubierto en 2006 por Franck Marchis, aun no ha recibido un nombre oficial. El equipo da la bienvenida a cualquier idea para bautizar este satélite, teniendo en cuenta que el satélite debe recibir un nombre relacionado con el nombre del objeto primario y debería reflejar el tamaño relativo entre estos objetos.
Los resultados se publican hoy en la revista Astrophysical Letters.