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DISCURSO DE ERIC RIVERO EN LA REUNION DE CONFENAGRO CON EL
PRESIDENTE DANILO MEDINA,
MOCA, 26 DE MARZO DE 2014
Señoras y señores:
Señor Presidente:
En este momento histórico en que vive nuestro país, nos congregamos en
esta tarde par juntos hacer grandes cosas.
En primer lugar, le damos la más calurosa bienvenida y el agradecimiento
por haber acudido, con la humildad que le engrandece, a este encuentro
con La CONFENAGRO, institución que sintetiza un músculo social
integrado por más de 15 sectores productivos y más de 600 asociaciones,
federaciones, cooperativas, confederaciones y clusters, que aglutinan a
más de 200 mil productores organizados en todos los subsectores de la
agricultura y la pecuaria, de quienes dependen la mayor parte del medio
millón de trabajadores que con sus familias integran una masa que
impacta a millones de seres humanos del campo y de la ciudad, con un
fuerte impacto en el comercio, la industria, el turismo y las exportaciones.
De hecho, señor Presidente, la agropecuaria nacional, más que un
significado estadístico y macroeconómico; más que un simple número
porcentual del Producto Interno Bruto; más que un neto en las
tributaciones fiscales, es ámbito de sueños y aspiraciones de medio
pueblo dominicano; aquel que deja en el surco, en el corral, la granja y en
el ordeño sus mejores energías y anhelos.
Y es que el campo, no es sólo un lugar de origen y alegrías, sobre el cual
solo recordarnos cuando se muere un pariente lejano. El campo
dominicano es ese espacio vital desde donde se conjugan las energías y
voluntades para darle vida a la ciudad, pero muy especialmente, la fuente
primigenia de nuestra identidad, de nuestras tradiciones, escenario de
nuestra historia épica, pero sobretodo, fuente de la riqueza que
engrandece nuestra patria.
Lo que somos y lo que seremos, nuestra sensibilidad, nuestra fuerza
interna, se ha forjado en la más recóndita loma de Arrollo Cano, en las
interminables llanuras de Jima o en los Prados de Puerta de Mulo y San
José de los Tocones.
Por eso queremos reiterarle, lo que en anteriores ocasiones le hemos
expresado, y es nuestra plena identificación con su disposición a impulsar,
junto a usted, la producción agropecuaria nacional, lo que se expresa
prácticamente de manera cotidiana en una buena parte de sus
ejecutorias.
Al cabo de lo que lleva en su ejercicio presidencial, ha inspirado en
nosotros la convicción de que como hombre de origen humilde y
campesino, ha podido interiorizar la vital importancia del sector
agropecuario en un proyecto de país, lo que ha sido precisamente nuestra
principal demanda desde hace muchos años.
Con sus acciones usted ha demostrado comprender perfectamente que
este es un país de eminentemente agrícola y pecuario y no una economía
de servicios, como algunos teóricos" de la chapusería han querido
falsamente acreditar, con una visión ajena a nuestra realidad y fomentada
estrictamente por caprichos sin sustancia.
No hay que olvidar que las grandes economías del mundo, empezando por
las de mayor desarrollo industrial y financiero, han sido y son economías
de gran desarrollo agrícola, porque la alimentación es el primer recurso
estratégico, tanto en la paz como en la guerra; porque sin alimentos no es
posible concebir el desarrollo ni romper las ominosas consecuencias de la
dependencia.
Y es que sin desarrollar el campo, no se puede resolver el problema
central de la República Dominicana, del que derivan nuestros peores
males: el desempleo, que genera la falta de oportunidades, la vagancia y
la marginalidad, la pobreza, y que lleva a la incertidumbre, que a su vez
impulsa a los seres humanos hacia los peligrosos senderos de la
delincuencia y el clientelismo.
De su estrategia de estímulo al campo, celebramos de manera particular
su política dirigida a incentivar las iniciativas de los grupos asociativos y
apoyarlos con financiamiento, aunque debemos asumir el crédito estatal,
como usted mismo señalara recientemente, con sentido de
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responsabilidad, pues el dinero del Estado es de todos y, por tanto, todo
préstamo hay que pagarlo.
Por eso saludamos el énfasis que usted pone en el deber de evitar que
éste se convierta en inversión sin retorno, que no genera riqueza
permanente, sino pobreza sin solución.
La mejor manera de asegurar que los créditos otorgados a los grupos de
pequeños productores puedan contribuir con su objetivo original de
reducir la migración urbano-rural y puedan ser devueltos por los
beneficiarios, para así incluir a nuevos productores, es integrando a los
procesos de vigilancia y acompañamiento, a las federaciones e
instituciones de segundo y tercer nivel, las cooperativas, que con prestigio
experiencia y solvencia moral y económica, puedan contribuir al éxito de
estos nobles proyectos.
Desde CONFENAGRO, y sus diferentes instituciones, nos ofrecemos a
colaborar con usted, en este gran esfuerzo desarrollista para acompañar el
progreso de los miles de pequeños productores.
Porque a pesar de que el sector agropecuario ha sido un sector
históricamente olvidado, y políticamente penalizado, visto desde los
veloces autos y las torres altas, como un sector atrasado; no es menos
cierto, que todavía respiramos, y que nuestros aportes al desarrollo del
país son notables y con su colaboración y compromiso, como lo ha
demostrado, pueden ser mucho más significativos en el progreso del país.
Porque, a pesar de todo....
¿Quién puede negar el dedicado ejemplo de esfuerzo y lucha por el
sostenimiento y el crecimiento del sector ganadero, con más de sesenta
mil productores, una dependencia laboral que supera las 300 mil personas
y una derrama económica social que llega amás de 500, 000 de personas?
¿Cómo desconocer lo que representa para la economía exportadora del
país el sector bananero, principal rubro de exportación agropecuaria
dominicano, con una poderosa presencia en el mercado europeo y del
mundo?
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¿Qué no decir de los eficientes productores de pollo y huevo, con
tecnología de estándar mundial, capaces de producir casi el doble de lo
que consumimos, y de alimentar a más de dos pueblos, sobre todo cuando
logremos superar las dificultades que han limitado nuestras
exportaciones?
¿Cómo olvidar el esfuerzo histórico de los productores de arroz, quienes a
todo lo largo de la historia han sabido aprovechar eficientemente nuestra
condición de ser el país demayor disponibilidad de agua en el continente,
para extraer de la tierra, para todos los dominicanos y mas allá, el
alimento básico de nuestra dieta nacional, incorporando y evolucionando
tecnologías agrícolas propias e importadas? Hoy por hoy somos
autosuficientes y tenemos una productividad que se compara con
cualquier país del mundo.
Los porcicultores, por su parte, han alcanzado niveles de genética y
tecnología envidiables, sabiendo imponerse con férrea voluntad
productiva a las importaciones desleales y a condiciones adversas en que
han tenido que desenvolverse.
Tenemos la capacidad de impulsar el sector de la acuacultura, que puede
aportar un ahorro de más de 150 millones de dólares de divisas, sólo con
impulsar la reactivación de las 103 granjas cerradas en todo el territorio
nacional.
El sector caña, otrora buque insigne de nuestras agro exportaciones,
puede relanzarse con poco esfuerzo, reactivando los ingenios cerrados y
volviendo a cultivar XXX miles de tareas de tierras hoy baldías y con sus
alrededores polvorientos de tanta miseria.
El sector cacaocultor, que solo necesita industrializar la materia prima que
exporta, y el sector de vegetales orientales y de ambiente controlado, son
un ejemplo fehaciente y recio del potencial del campo dominicano en
contribuir más y mejor al desarrollo del país.
Finalmente, sus queridos y ejemplares habichueleros de San Juan, que no
son solamente habichueleros, sino que son al mismo tiempo ganaderos,
arroceros, cebolleros, maiceros, batateros y yuqueros, en fin ejemplos de
trabajo y dedicación, tienen toda la posibilidad de accesar a mejores
tecnologías de riego, de producción, mejores condiciones crediticias, y
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mejores vías de comercialización, para volver a ser el potente Granero del
Sur.
Si señor Presidente, tenemos esperanza en usted, en que junto a nosotros,
los sectores productivos organizados, que hemos sido víctimas de la
iniquidad,
las prácticas desconsideradas de grupúsculos que han
medrado con la concesión de los perversos permisos de importaciones,
con sectores históricamente golpeados, pero forjados como el acero,
podremos relanzar el campo dominicano, para que recupere su verdadero
sitial en la vida económica y social del país.
Aun no hemos logrado el tope que podemos lograr, y para eso tenemos
mucho trabajo por delante, pero sin embargo, el tiempo nos ha dado la
razón. Los precios internacionales de los principales alimentos están desde
hace años ya en una escalada alcista que conspira contra los pueblos más
pobres del mundo, y eso nos obliga a pensar de que por circunstancias
momentáneas de precios no debemos de darle la espalda a lo nuestro, a
lo que crea riquezas, a nuestra cultura productiva, a lo que genera
empleos, a lo que provee alimentos de calidad y en cantidad a precios
justos para nuestro pueblo, pero sobre todo, garantiza la paz social de
nuestra patria.
Para lograr nuestras metas, existen un conjunto de temas nodales que nos
gustaría trabajar junto a usted, con el objetivo de promover el desarrollo
económico y social del país, del que sabemos usted está plenamente
comprometido.
Nos interesa promover más las Exportaciones agropecuarias, que es la
mejor manera de ampliar nuestro mercado interno y reducir el déficit
comercial del país y la presión inflacionaria. Queremos también trabajar el
tema de la Energía y los Combustibles, hoy por hoy el principal cuello de
botella del país. También queremos aportar en los Planes de Seguridad
Ciudadana, como ya lo estamos haciendo con la Alfabetización, con
quienes hemos firmado un convenio de cooperación, al igual que con el
Ministerio de Medio Ambiente para la producción limpia.
Queremos que los programas sociales y las institucionales estatales
adopten una norma permanente y plena para preferir la producción
nacional a la importación y así promuevan el desarrollo del empleo en el
campo.
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Nos preocupa sobremanera el incumplimiento de de algunas legislaciones,
como lo es el tema del Etiquetado de los productos, razón por la cual
queremos fortalecer la institucionalidad del país, así como la Coordinación
Institucional del sector agropecuaria.
Tenemos aprehensiones serias sobre los impactos del Libre Comercio
sobre los sectores sensibles, por lo que creemos que hay que fortalecer la
política de inserción del país, al tiempo que podemos solicitar ciertas
revisiones y dispensas a sectores que pueden ser severamente afectados.
Queremos colaborar con la creación de empleo digno, así como la
creación de una poderosa generación de relevo generacional que incluya
más y mejor a la mujer productora.
Los sectores congregados en CONFENAGRO queremos aportar a la
formulación de las políticas inclusivas y desarrollistas participando en
organismos estatales como la Junta Monetaria, el Consejo Nacional de
Seguridad Social y los Diferentes Consejos como el del Banco Agrícola, el
Cea, entre otros, y en los diferentes pactos solucionadores de viejos
rezagos, como los que promueve su Gobierno.
Solicitamos que se nos haga el espacio que merecemos en los organismos
estatales cuyas decisiones tienen que ver con la producción y la economía.
Así como la industria, la banca, las Zonas Francas, los exportadores, los
empresarios turísticos y el sector inmobiliario tienen asiento asegurado en
los órganos estatales decisorios, la agropecuaria puede contribuir mucho
desde su perspectiva al desarrollo del país.
Pero como ve, nuestra agenda de trabajo es larga. Queremos potencializar
y engrandecer mucho más el aporte de la agropecuaria al progreso del
país, por eso, más que cansarlo con propuestas y peticiones, más bien
queremos aportar nuestros recursos, ideas y voluntades, al cumplimiento
de la agenda de desarrollo de su Gobierno.
Para fines operativos, además de los temas que usted considere liberar
hoy, le proponemos crear, aprovechando la experiencia del Sector
Empresarial, una Comisión de Seguimiento a las Propuestas del Sector
Agropecuario, que aquí hemos perfilado y que seguirán perfilando en el
resto del día, lo que permitirá consolidar una agenda público-privada
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para avanzar en soluciones que contengan los aportes de nuestros
sectores a su política de Gobierno.
Estamos seguros de que no nos equivocamos al considerar que su
accionar respecto al campo revaloriza a los productores agropecuarios;
intuimos de sus hechos su interés en elevar al sector agropecuario a
primera categoría en las prioridades nacionales.
Eso será un hecho real y contundente, el resultado de la alianza entre su
Gobierno y los productores, que le proponemos hoy, y que debe servir de
fundamento para que logremos el anhelo suyo, que es el anhelo de todos,
transformar la República Dominicana y a
Presidente Medina: puede usted contar con nosotros.
Manos a la Tierra
Manos a la Ubre
Muchas gracias