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Entrevista realizada a través de Oiuja. Gracias al doctor Mobutu Sibada, por su imprescindible colaboración para la realización de esta entrevista.
JOSE: Señor Michael Jackson, ¿está usted ahí?
MICHAEL: Aquí estoy.
J: Perdone que interrumpa su descanso eterno, pero me gustaría hacerle algunas preguntas.
M: No se preocupe, tengo mucho tiempo libre.
J: Dígame, ¿está usted en el cielo o en el infierno?
M: Si le digo la verdad, creo que las cosas no son tan sencillas. Anoche cené con Teresa de Calcuta y con Himmler, no le digo más.
J: Vaya. ¿Y qué tal se lo pasó?
M: Bueno, Himmler es un hombre muy educado, pero Teresa no sabe discutir. Además, nos dio la cena hablando de la lepra. Que si leprosos por aquí, que si leprosos por allá... Muy cansina.
J: Ya. Bueno, hablemos de usted. Dígame, ¿cómo murió?
M: De un Moonwalker mal curao. Los tirones a mi edad son muy traicioneros.
J: Usted ha sido una persona muy polémica. ¿Se arrepiente de algo?
M: Hombre, echando la vista atrás, me da pena no haber ayudado a más niños. Cuando pienso en todos los niños del mundo, un escalofrío me recorre el cuerpo, desde la nuca hasta la base de la espalda, muy cerca del ano. Pero no lo digo de forma sexual, ¿eh? Lo que pasa es que la sociedad está enferma y considera que lamer un pezón o hurgar con el dedo meñique del pie el ombligo de un menor es algo sucio. Yo siempre he perseguido la belleza. Por ejemplo, una vez fui donde mi cirujano y le dije: "quiero tener la bolsa escrotal más hermosa del mundo, hágalo posible". ¿Es eso un delito? ¿Es un delito buscar la belleza?
J: Pues... no.
M: No, exacto. Algún día el mundo entenderá que yo sólo fui un niño sin infancia que persiguió la pureza hasta las últimas consecuencias. Si yo monté un parque de atracciones y un zoo en mi casa no fue por capricho. Fue para atraer niños. Un imán de niños. Y no lo digo en un sentido sexual. No hay nada malo en el cuerpo de un niño desnudito en el campo, bañado por el sol y por el sudor. Dios nos hizo a todos iguales, salvo a los negros, que los hizo negros. Pero incluso eso puede arreglarlo la ciencia. El ser humano es algo maravilloso, ¿no lo piensa usted?
J: Sin duda. Oiga, ya que ha sacado el tema de la raza, ¿no cree que su obsesión con ser blanco fue un poco insultante para la comunidad negra?
M: Yo no tuve ninguna obsesión con ser blanco. Yo soy blanco. Lo que pasa es que, de niño, tenía una mancha en la piel muy grande que, con el tiempo, se me fue quitando. Eso es por tomar el sol. Porque a mí me gustaba mucho desnudarme y correr en pelotas por mi parque de atracciones rodeado de niños. Pero no lo digo en un sentido sexual, ¿eh? Yo no tengo una erección desde 1977.
J: Le creo. ¿Y qué me dice de su nariz? No me negará que cambió de forma notable.
M: Eso es porque yo siempre he sido de respirar poco. Es pura evolución, ¿no ha leído usted a Darwin? Al no darles uso, las ventanas nasales se me fueron encogiendo, es completamente lógico. Pero no se quede usted con las anécdotas. Yo fui un grandísimo artista y una maravillosa persona. Yo inventé el andar hacia atrás y el morphing. Yo puse de moda las mascarillas de papel mucho antes de la gripe porcina, fui un visionario. Yo...
En este punto de la transmisión, nuestro enlace con el espíritu de Jackson se va perdiendo. Sólo se capta nítidamente alguna pocas palabras, como mono, genitales y jengibre.
Y después, silencio. Michael nos ha abandonado.