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El objeto de estudio de la didáctica, es decir, el proceso de enseñanza-aprendizaje en la institución escolar, puede ser analizado con diversas ópticas, cada una de las cuales aporta algo significativamente diferente en su proceso de transformación y dialéctica
La Didáctica de la Biología constituye la didáctica especial que tiene, por objeto de estudio, el proceso de enseñanza-aprendizaje de los contenidos relacionados con los sistemas y los cambios físicos, químicos y biológicos que tienen lugar en el universo, teniendo en consideración el lugar del hombre en la relación naturaleza-sociedad.
Hasta fines de los años 70 la gran mayoría de los profesores en todos los niveles de enseñanza, opinaban que la mente de los estudiantes podía compararse con una caja vacía, que estaba en condiciones de recibir los conocimientos que les trasmitiesen. Esta metáfora, por suerte para el proceso de enseñanza-aprendizaje, ha sido echada a un lado y se han asumido otras que se aproximan mucho más a los procesos que acontecen en la psiquis de los educandos.
El proceso de enseñanza-aprendizaje que acontece en las ciencias morfológicas no ha estado ausente de este cambio de concepción, por lo que es necesario hacer algunas reformulaciones en la mentalidad de los profesores y en determinadas estrategias didácticas utilizadas; por tal motivo, es necesario, para favorecer la sistematización de los contenidos de la disciplina, considerar el uso de las ideas previas. La literatura existente coincide en la importancia de la utilización de este modelo didáctico.
Ausubel, Novak y Hanesian (1983), al expresar cuál es la importancia del conocimiento y estudio de las ideas previas señalan, que si tuviese que reducir toda la Psicología Educativa a un sólo principio, enunciarían éste: el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe.
Para que se produzca el aprendizaje tiene que existir un conocimiento anterior que sirva de soporte al nuevo contenido. Banet y Ayuso (1996), consideran las ideas de los alumnos como el inicio para estructurar y construir un nuevo conocimiento. Muchos investigadores coinciden en que estas ideas constituyen conceptos científicamente erróneos. Por ejemplo, un estudiante al arribar a nuestra clase posee conocimientos previos sobre El ADN, pero ¿Es realmente correcto?. Coincido con los autores anteriores, en que las ideas equivocadas o imprecisas que mantienen los alumnos, interfieren los contenidos que deben aprender.
Es razonable que las ideas previas sean científicamente inadecuadas, porque lo contrario haría innecesario el gran esfuerzo y lucha contra el sentido común que implica la construcción de la ciencia.
De igual manera, el constructivismo se apoya de este fundamento, que, el alumno adquiere los aprendizajes con una continua construcción y modificación de lo que ya sabe.
De esta consideración, hay que destacar, la importancia de lo que ya conoce el alumno; la relación intencionada de éste con los nuevos objetos, hechos u observaciones y; el aumento final de la capacidad de relación y el reinicio del proceso.
Es necesario, para favorecer la sistematización de los contenidos de la disciplina, considerar el uso de las ideas previas
La mente de los alumnos, como la de cualquier otra persona, posee una determinada estructuración conceptual, que supone la existencia de auténticas teorías personales ligadas a su experiencia vital y a sus facultades cognitivas, dependientes de la edad y del estado psicoevolutivo en el que se encuentran.
En la enseñanza de las ciencias, las ideas previas o las concepciones alternativas tienen una característica particular, ligada a la importancia de las vivencias y de la experiencia particular en la elaboración de las teorías personales, no siempre coherentes con las teorías científicas. En el caso de las ciencias, la investigación ha concluido que alumnos de edades o niveles educativos semejantes suelen compartir ideas previas. Ello se debe a que existe una importante relación, tanto con la edad o estado psicoevolutivo de los estudiantes, como con la historia de la ciencia.
En efecto, hay quienes encuentran cierta relación de semejanza, desde luego no mecánica, entre la construcción histórica del conocimiento científico y la construcción del pensamiento personal acerca de esos temas. Esta semejanza no puede ser llevada al límite, pero permite reforzar la importancia de integrar la historia de la ciencia en la enseñanza científica
Para concluir, se sabe que, en la enseñanza de la Biología, al igual que en otras ramas del saber, se pueden presentar problemas que se relacionan con la motivación, la comprensión, la vinculación de los aprendizajes con las necesidades del ciudadano y la apropiación comprensiva de los conceptos, relaciones y procesos básicos de cada ciencia.
De lo anterior se deduce que, en la Biología, los contenidos no pueden circunscribirse al desarrollo de las capacidades cognitivas de los estudiantes, a los contenidos conceptuales, sino que hay que incluir los contenidos procedimentales; o sea, el conjunto de acciones de formas de actuar y de llegar a resolver tareas docentes con el empleo de la enseñanza problémica.
Con esta tendencia se pretende que como docente en formación, se tiene que conocer las formas de actuar y de utilizar estos contenidos por parte de nuestros estudiantes, permitiendo el desarrollo de estrategias que les posibiliten obtener y aplicar más conocimientos. Cuando en Biología se trabaja, apoyados en esta tendencia, los estudiantes llegan a estar en condiciones de identificar, ejemplificar, distinguir unos elementos de otros que aún siendo similares no son idénticos a él, analizar condiciones de validez, aplicar los conocimientos en el contexto adecuado y transferirlos a nuevas situaciones. Pues, el estudiante necesita tener el conocimiento de cómo y cuándo aplicar ese saber dentro de contextos específicos.
De hecho, estas posibilidades de analizar las propias estrategias intelectuales, para ponerlas al servicio de una mayor calidad en la apropiación de los contenidos, resulta altamente importante en todas las ciencias.
La mente de los alumnos, como la de cualquier otra persona, posee una estructuración conceptual, que supone la existencia de auténticas teorías personales ligadas a su experiencia vital