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Enola Holmes muestra con pinceladas muy superficiales el sufragio universal, el patriarcado, o la falta de derechos que tienen las niñas a la hora de elegir un futuro, sin poder elegir ir más allá de ser la mujer educada con su marido. Dentro de una trama muy previsible y en momentos falta de riesgo, pobre en valentía a la hora de señalar los culpables de todas las desigualdades. Pues si te vas a meter en un charco, hazlo en uno hondo, no en un escupitajo.
Si hay algo bueno dentro de la película, o la saga de películas que nos van a ir descubriendo a la hermana de los Holmes, es que como film muy infantil funciona. Te señala las desigualdades, sin rozar en lo macabro, y se copia de un personaje muy querido por los niños, es Dora la exploradora. Esos diálogos a la cámara, donde hace un intento de interactuar con el público me parecen tan superficiales, que, por poner un ejemplo, si lo hubieran hecho con la saga de Harry Potter, dudo que hubiera llegado al tercer film.
No hacen nada de justicia con Mycroft Holmes, Hermano mayor y, en los libros de Sir Arthur Conan Doyle, mucho más perspicaz e ingenioso que Sherlock a la hora de descifrar los enigmas. En esta ocasión representa la voz de ese patriarcado, dejando como al bonachón de Sherlock, como al hermano que le gustaría hacer algo pero que se queda en ese me gustaría...
Nota: 2/10 .