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La empresa española Endesa, a cargo junto a la chilena Colbún del megaproyecto HidroAysén, que pretendía construir cinco represas hidroeléctricas en la Patagonia chilena, afirmó el miércoles que esperará a tener más clara la postura energética del gobierno antes de decidir su curso de acción.
El comité de ministros chileno rechazó unánimemente el martes por su impacto ambiental el polémico proyecto, pero dejó abierta la posibilidad de que la empresa pudiera recurrir al Tribunal Ambiental y, en última instancia, ante la Corte Suprema, lo que abriría para la empresa un nuevo flanco judicial de incierto futuro.
"Con la decisión del Comité de Ministros queda en evidencia que hay un cambio de actitud del gobierno de Chile hacia HidroAysén y que dicho proyecto, en su formato actual, no ha generado el respaldo necesario de las autoridades", afirmó la empresa Endesa Chile en un comunicado.
"Es por ello que esperaremos el resultado de la discusión sobre el aprovechamiento de los recursos hídricos en Chile, para definir en su caso los cursos de acción", continuó.
Los ministros de Energía, Minería, Salud, Agricultura, Medio Ambiente y Economía votaron de forma unánime contra el proyecto, que a su juicio no cuantifica adecuadamente su potencial impacto ambiental.
La compañía, por su parte, afirma que el uso de los recursos hídricos, como el combustible primario y limpio y seguro, favorece la competitividad del país y resultan necesarios para lograr una matriz energética que, junto con otras energías, logre el camino hacia el desarrollo.
"En múltiples ocasiones, Endesa Chile ha comunicado que el proyecto HidroAysén sólo se haría si Chile lo considera estratégico para el desarrollo energético del país", añadió.
La falta de inversión y la baja competencia en el sector han reducido el suministro y duplicado los precios de la energía en Chile, con una matriz principalmente térmica (62%), situación que preocupa al sector empresarial.
El gobierno de Michelle Bachelet parece apostar, sin embargo, por el gas natural y las energías renovables para aumentar el suministro y dejar atrás así la prolongada discusión sobre el megaproyecto hidroeléctrico, que ha estado tramitándose durante siete años.