Lo ideal es pedir consejo y asesoramiento sobre los equipos y componentes necesarios antes de comenzar con el diseño. Lo primero que debemos determinar es el tipo de tanque o acuario que sería conveniente, el material de construcción, el tamaño, la forma y el lugar donde se lo va a colocar.

Por otro lado resulta fundamental pensar en el tipo de iluminación que se va a colocar, como así también en los equipos de filtración ideales para el tipo de acuario. Existen varias ofertas en el mercado que se diferencian tanto en su función como en el costo económico. El asesoramiento de un entendido en la materia puede ser de gran ayuda.

También es importante elegir el material que se va a colocar en la parte inferior del tanque, es decir el sustrato. Dentro de este rubro además se deben colocar ciertos elementos como rocas que puedan proporcionar un refugio a los peces, teniendo en cuenta que muchas de las especies marinas suelen ser muy territoriales. Dentro de estos refugios se pueden evitar algunos problemas de agresión entre los diferentes peces.

Una Bomba de aire y un calentador o termómetro son dos de los elementos que no pueden faltar en un acuario de agua salada. Sólo resta llenar el tanque con agua salada y los peces marinos que más nos gustan. Por último, debemos contar con kits de prueba, aditivos y suplementos, así como herramientas de mantenimiento y suministros.