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El causante de la comunicación química entre los moradores de la tierra
Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que poco a poco, vamos soslayando y desnaturalizando los sentidos. Miramos, tocamos, oímos, saboreamos y olemos, sin darnos cuenta muchas veces, que la sociedad nos ha hecho trastocar, en muchos casos, la naturalidad de estos sentidos. Por poner un ejemplo, diré que simplemente el sentido de la vista, o del tacto, en muchos casos es "engañado", y como causante están las cirugías estéticas. Al igual sucede con los demás sentidos. Oímos sin escuchar, tragamos sin saborear, y olemos el perfume de moda, o la gran cantidad de monóxido de carbono que nos rodea.
Todos ellos, son armas de seducción, aunque el verdadero seductor oculto, esté en el olfato. Se dice, que el arte de la elaboración del perfume, nació en Egipto, aunque hay gente que difiere, y traslada esta creación a 3.500 años a.c., y la adjudica a los antiguos Sumerios. El perfume se creó para ocultar el olor natural de las personas, aportando a la vez, un aroma agradable. Natural o no, es una potente arma de seducción, ¿quién de nosotros, al percibir un aroma, no ha sido transportado a algún recuerdo? El olor, tiene un gran poder sobre nuestras mentes, en especial en la conducta sexual.
El verdadero seductor oculto, está en el olfato
El seductor oculto, anda agazapado, escondiéndose tras los perfumes, desodorantes, cremas y demás artículos cosméticos que se utilizan hoy en día. Él, es el rey de la química silenciosa. Las feromonas, hormonas inodoras, son las causantes de que el cuerpo reaccione ante su presencia, siendo un gran estimulante erótico. Ellas son causantes de la comunicación química entre los moradores de la tierra. Nuestra nariz, está provista de un organo llamado vomeronasal, el cual detecta las feromonas, afectando al hipotálamo, responsable de los cambios hormonales y funciones biológicas básicas. Por lo tanto, a este gran seductor oculto, al que llamamos olfato, podemos catalogarlo como el más sensual de los sentidos.
Una de las razones, por la que cualquier persona tiene un gran magnetismo sin motivo aparente, se debe a la composición de feromonas que emite. En ese momento, nuestro vomeronasal, se pone en funcionamiento, emitiendo señales al hipotálamo, produciendo en nosotros un sentimiento hacia esa persona, de confianza, simpatía o atracción sexual.
Una de las razones, por la que cualquier persona tiene un gran magnetismo sin motivo aparente, se debe a la composición de feromonas que emite
Tal vez el olfato, sea el sentido más olvidado en las relaciones humanas, pero en realidad, no deja de ser el más ancestral de nuestros sentidos.