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El otro lado de la juventud

14/11/2009 00:40 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

¿Los jóvenes serán como los pinta la sociedad? Una de sus caras públicas parece la encarnación misma del mal, la violencia, las drogas y el alcohol. Pero, ¿Será tan así? Por su parte, para ellos estas imágenes no coinciden con la versión que construyen de sí mismos

Según se pregona desde distintos medios, la juventud no tiene chance. Siempre se habla de esta generación en forma negativa. Nadie hace prensa de las acciones buenas, de las positivas.

En un estudio realizado en 2008 por el Capitulo Infancia de Periodismo Social, mediante la lectura de 120 mil noticias publicadas por los 22 diarios más representativos del país, se puede ver lo siguiente: "Cuando los periodistas escriben sobre adolescentes sospechosos de haber participado en algún hecho delictivo, el 65% de las notas contienen términos humillantes o discriminatorios", de los cuales un ejemplo es el vocablo "menor", utilizado a secas, casi como un estigma. Aunque también se los presenta como "rateros", "pibes chorros" o incluso hasta "pirañas".

En muchos casos hasta se los condena de antemano y una de cada 4 noticias analizadas fue publicada sin citar fuente alguna. O, en el mayor de los asuntos, mencionando a una alta fuente policial.

"Cuando la imagen que se construye es negativa, seguramente se estimula un tipo de acción negativa. El desafío adulto es lograr el estimulo positivo", afirma Arturo Clariá, psicólogo, perteneciente a un grupo de investigación que realiza talleres que le permiten analizar el estimulo adolescente.

A lo cual agrega: "Un adolescente se quejó en mi taller porque al sentarse en un bar con un grupo de amigos, el mozo les había llevado una cerveza antes de que pidieran nada, dando por sentado que sería eso lo que iban a pedir". "Una buena porción de adolescentes se convierte en aquello que los adultos esperan de ellos. Y los lugares que tiene preadjudicados como objetos de consumo tienen un peso difícil de revertir", culmina.

Un grupo importante

Sin embargo, un trabajo efectuado por la Consultora TNS-Gallup Argentina entre jóvenes de distintas partes del país, muestra resultados que valen la pena analizar y profundizar para entender un fenómeno que avanza a pasos agigantados.

Esta entidad estableció que el 20% de la juventud argentina realiza tareas solidarias o de voluntariado, y que más de la mitad de los chicos de 18 a 30 años tiene planeado involucrarse en acciones de ayuda al prójimo en los próximos meses, lo que da cuenta de que no todo está perdido en esta nación sino que, por el contrario, todo está por construirse y vale la pena seguir creyendo. Recalca también que la mayoría de los jóvenes a los que les hicieron la encuesta y que respondieron que hacían labores sociales, se muestran sumamente conformes y reconfortables por sus acciones.

Así lo demuestra el 91% de los voluntarios actuales que declaró estar satisfecho con su trabajo y el 63% mencionó cambios positivos en su vida a partir del inicio de tareas voluntarias. "Ayudar es una experiencia muy enriquecedora, emocionante y súper movilizadora", expresaron la mayoría de los encuestados.

Por otro lado, en un sondeo de opinión realizado por la Universidad de Belgrano (UB) a 280 adolescentes y jóvenes de 14 a 24 años de todo el país, la socióloga Alicia Rovella asegura: "Es tan fuerte la representación social negativa que bastardea a los jovenzuelos que la confrontamos con la realidad".

La conciencia solidaria comienza en los pequeños grupos, y recién cuando se ha fortalecido puede trasladarse hacia una solidaridad colectiva.

"Los chicos del interior, estrechamente vinculados a las actividades agropecuarias, no difieren de los jóvenes de cultura urbana en lo que hace a su autopercepción y a sus proyectos de vida: Formar una familia, ser buenos padres, hacer una carrera profesional. Tampoco en lo que hace a las costumbres sociales y a sus posiciones frente a los problemas de carácter ético: priorizan el ser honrados, sinceros, buscar la verdad, comprender al otro, ser solidarios, valorizar el trabajo, ser fieles a sus parejas".

Compromiso

Ignacio Gregorini, de 25 años, nos cuenta su historia: "Participo en la organización Un Techo Para mi País, y cada sábado llego hasta barrios carenciados, arrasados por la pobreza extrema y colaboro con los vecinos ayudándolos a construir su vivienda". Y afirma: "Lejos del estereotipo negativo, mi experiencia, así como la de 600 jóvenes que participan en la organización, encarna la de tantos argentinos que construyen alternativas que rompen con el imaginario colectivo. Y llenan el vacío que deja la falta de compromiso social".

A su vez, muchachos y chicas de entre 15 y 30 años, en su mayoría estudiantes o profesionales, se pusieron a disposición de Red Solidaria - entidad dirigida por Juan Carr- para participar de iniciativas destinadas a ayudar a personas necesitadas. Estos se encuentran desperdigados en todas las provincias desarrollando actividades o emprendimientos que apuntan a mejorar la Argentina.

Mariana de 20 años expresa: "Desde hace mucho tiempo tengo ganas de participar en esta iniciativa, de ayudar, poco o mucho, pero ayudar. Soy catamarqueña, aunque actualmente vivo en Capital Federal porque empecé a estudiar Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Acabo de ingresar al primer año y aunque todavía me estoy adaptando a la actividad que me demanda la carrera, quiero formar parte del grupo".

Cuántas veces se ha escuchado: "Argentina no tiene futuro", cuando se ven por la televisión imágenes de una parte de la juventud que se ha volcado a la droga o a la delincuencia.

Pero a pesar de los pronósticos que aseguran que la juventud argentina está perdida y que no tiene un porvenir prospero, la realidad es que una buena porción de los jóvenes quiere y busca salir adelante a través de la solidaridad hacia el prójimo y la labor social hacia los que menos tienen.

Con estos hechos, soñar con una Argentina mejor y más justa es posible e invita a pensar en un mañana mejor en el largo plazo para nuestro país.

"La conciencia solidaria comienza en los pequeños grupos, y recién cuando se ha fortalecido puede trasladarse hacia una solidaridad colectiva", opina Felipe Arrella, del Colegio de Graduados en Cooperativismo y Mutualismo, quien participó del sondeo realizado por la Universidad de Belgrano.


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