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Esto de la Fórmula 1 se está poniendo más interesante cada día que pasa. Resulta que la FOTA no se fía de la FIA, y que la FIA no se fía de la FOTA. En otras palabras, que se ha montado la de Dios es Cristo y han roto relaciones. Divorcio exprés. Y ahora ¿quién se queda con los niños?
Todo indica a que los principales equipos del mundial (la FOTA) van a montar un campeonato paralelo, dejando el actual (la FIA) con equipos de segunda fila. Un campeonato en el que estarán presentes los pilotos más importantes, las marcas y patrocinadores más poderosos, y los promotores y compañías históricamente asociadas con el máximo nivel del automovilismo deportivo.
No lo tendrán fácil porque, a priori, las empresas que gestionan los circuitos en los que se corre la Fórmula 1 tienen contratos vigentes con la FIA, por lo que el nuevo campeonato tendrá que buscarse otros. Y eso no surge de la noche a la mañana, aunque con el paso del tiempo, y si la iniciativa cuaja, seguro que se van subiendo al, o al bólido, mejor dicho.
En fin, y mirando más lo más cercano, al que se le habrán puesto los pelos de punta será a Jaume Roures y a Mediapro, con su contrato recién firmado con la FIA y doscientos millones de euros desembolsados para retransmitir las carreras en La Sexta. Daños colaterales. ¿Cómo pensarán rentabilizarlos ahora con equipos de segunda regional? Es sintomática la afirmación de Antonio Lobato, el calvo de oro de la Fórmula 1, en su blog: "Con una ruptura no ganará nadie, perderemos todos". Unos más que otros, Lobato, unos mucho más que otros. Salud.
Por... Perromari