El día después saldremos a las calles y daremos vueltas todo. La rebelión oscurecerá el firmamento y la noche sorprenderán a los maleantes.

Ellos, los que se han enriquecido con las miserias nuestras. Que rebosaron de bienes mal habidos a costa de nuestro hambre, arroparon sus hijos con nuestro frío y derrocharon bienes pisoteando nuestras desgracias.

Esto no fue ayer, sucede ahora, en las noches de las pandemias. 

Los maleantes subieron al poder y se apoderaron de todo, multiplicaron sus joyas, riquezas y dotes mal habidas sin merecer el agua cristalina de las fuentes.

Todo su oro lo convertiremos en polvo para construir nuestros puentes, que para convertirnos en enemigos llenaron de espanto. Confundieron ideas en ideales falsos para encender las hogueras, y el fuego arremetió en las calles hasta convertirse en brazas.

Todos saldremos a buscar nuestro tesoro, lo que faltó en un hospital para enriquecer al fatuo político, lo que faltó en las escuelas, en los barrios y en las calles; pero luce en los salones de fiestas de estos malos señores.  Los despojaremos de sus bienes mal habidos, quitaremos su cama de plata y dormirán en el suelo.  

Volverán a la pobreza de donde han salido y desearán haber sido sabios y no mal paridos. Todo lo que vendieron de nuestra preciosa patria ya no podremos recuperar, pero nos quedará la patria, nos quedará la dignidad y la lucha para reconstruirlo todo.

Carlos Polleé