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"La conformidad es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento." - John Fitzgerald Kennedy
La ruta hacia el crecimiento personal sigue el curso de las tierras desconocidas. Es el momento cuando vamos a salir de nuestro entorno familiar para expandirse y crecer. El aprendizaje nos puede preparar para el crecimiento pero experimentar ese viaje es el catalizador esencial para la expansión personal y la auto-realización.
El aprendizaje prepara el suelo y planta la semilla, pero es a través de la implicación activa que la germinación y el crecimiento se lleva a cabo. Una persona puede leer volúmenes enteros sobre cómo hablar en público, pero el crecimiento sólo ocurrirá cuando esa persona realmente se ponga delante de una multitud y hable.
El crecimiento personal es sobre todo un proceso interactivo. Crecemos al responder a situaciones desconocidas o nuevas condiciones. Experimentarlo es esencial para el crecimiento significativo.
La mayor parte del tiempo, la tasa de crecimiento es directamente proporcional a la distancia que nos separa de nuestra zona de confort. Algún crecimiento podría ser experimentado por viajar a través de un país extranjero como un turista común, pero mucho más crecimiento sería adquirido por viajar sobre la misma tierra como un explorador con su mochila al hombro. El crecimiento personal es una cuestión de encontrar, estimular y desarrollar los recursos personales insospechados o ampliar el alcance de los recursos ya conocidos. Buscar que mejor se puede hacer para desafiar la mente de una manera que nunca se ha desafiado antes.
El cerebro es como un músculo. Se hace más fuerte, más polivalente y más flexible sometiéndolo a diferentes ejercicios y forzándolo a superar nuevos retos o conocer nuevas experiencias.
Crecemos al empujar nuestros límites, yendo más lejos de lo que nunca hemos estado antes. Crecemos al actuar como si ya tuviéramos habilidades y conocimientos que nosotros todavía no poseemos. Una buena analogía puede encontrarse en una persona que está aprendiendo a nadar. La persona intenta actuar como si ya sabe nadar y lo primero que él sabe ... es que en realidad tiene que nadar.
Nuestra tasa de crecimiento personal también está muy influenciada por la compañía que mantenemos. Es un hecho aceptado que tendemos a ser semejantes a las 5 personas más cercanas que nos rodean. Si nos rodeamos de personas que valoran la auto-mejora, lo más probable es que la dinámica de grupo tendrá una influencia positiva en la forma en que nos desarrollamos y crecemos.
En algunos casos, la influencia de un modelo a seguir, un maestro o gurú puede hacer milagros. La orientación positiva no tiene precio. Esa orientación se puede encontrar en las obras de un Maestros, y también se puede encontrar al asistir a conferencias o seminarios.
El crecimiento personal es también una cuestión de prueba y error. Todo lo que hay que hacer para adquirir una nueva habilidad o desarrollar uno de nuestros talentos es tener éxito una vez luego de que hemos fallado. Así es como hemos aprendido a caminar, a andar en bicicleta o conducir un coche. También es la manera cómo llegar a subir la escalera de la eficacia, versatilidad y dominio global.
El viaje hacia el crecimiento personal comienza con un intenso deseo de mejorar continuamente a nosotros mismos y una sed de ser todo lo que podemos ser. Una vez que el deseo se ha establecido firmemente el camino se vuelve totalmente iluminado y fácil de encontrar. Para citar el proverbio budista: "Cuando el alumno está listo, el maestro aparece".
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