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La economía chilena crecerá un 3, 6% en 2015, impulsada por el aumento del gasto fiscal de 9, 8% propuesto en el presupuesto para ese año, proyectó este miércoles el ministro de Hacienda, Alberto Arenas.
"En base a informaciones que hay en el mercado y en base al impulso extraordinario que estamos haciendo con el Presupuesto 2015, es que estamos proyectando una economía que crecerá en el 2015 en torno a 3, 6%", dijo Arenas en rueda de prensa.
Según Arenas, el aumento del gasto fiscal del 9, 8% impulsará a la economía chilena a crecer por sobre lo estimado para este año, cuando el Banco Central proyectó una expansión en un rango de 1, 75 a 2, 25%.
"El año 2015 la economía chilena va a crecer más de lo que va a crecer en el 2014", afirmó Arenas.
El presupuesto del 2015, presentado la noche del martes por la presidenta Michelle Bachelet, tendrá un aumento de 5.000 millones de dólares en relación al de 2014, alcanzando los 62.000 millones, convirtiéndose en el mayor erario de los últimos cinco años.
La estimación del próximo año se produce en medio de la desaceleración que padece la economía chilena este año, afectada por la caída del precio del cobre, del cual es el mayor productor mundial, además de una menor demanda de China.
Además del aumento del presupuesto para 2015, el gobierno de Bachelet ha anunciado otras medidas para reactivar la economía chilena, como un plan para reforzar la inversión pública y privada con la inyección de 500 millones de dólares en los últimos cuatro meses del 2014.
El PIB de Chile creció 4, 1% en 2013.
"Nos parece buena señal que sea un plan que transcienda a un periodo de gobierno porque el desarrollo de la infraestructura ha de ser una política de Estado y no de gobierno. Es un plan ambicioso", valoró a la AFP Carlos Piaggio, gerente de infraestructura de la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC).
La infraestructura vial, la pavimentación, la conectividad urbana de las ciudades, el acceso a países vecinos y la infraestructura hospitalaria, hídrica y energética son para Piaggo los principales "cuellos de botella" que están frenando el desarrollo.
La primera parte del programa incluirá planes de conectividad para las regiones norte y sur del país (de 4.000 km de largo), la creación de siete grandes embalses y 15 pequeños, la pavimentación de caminos rurales, y mejoras en infraestructura portuaria.
La segunda se centrará en mejoras de caminos y autopistas, y la ampliación del aeropuerto de Santiago mediante un modelo de concesiones e inversión privada.
El plan pretende reducir las grandes desigualdades entre la capital y el resto del país. Chile encabeza la lista de los países de la OCDE en nivel de segregación de sus ciudades y de una red vial de 90.000 kilómetros, sólo un 23% de los caminos están pavimentados, frente al 79% del resto.
- Equilibrio fiscal -
El gobierno estima una inversión equivalente a 1, 7% anual del PIB en este plan, que sumado a las inversiones en salud, vivienda y transportes, alcanzaría el 3, 5% anual del PIB.
Pero su financiamiento genera dudas, así como sus plazos de ejecución.
"Siendo un programa interesante que busca incrementar la infraestructura tanto social como productiva de conexión del país, cabe destacar que no hay ningún análisis respecto a la consistencia del plan con las metas de equilibrio fiscal", afirmó a la AFP Guillermo Patino, economista de la Universidad de Santiago.
"Si uno sólo anuncia obras en todos los ámbitos pero no tenemos demostrada su consistencia fiscal muchos de ellas pueden terminar siendo sólo anuncios", señaló.
La CCHC publicó un informe en mayo pasado que cifraba en USD 58.000 millones las necesidades de inversión, aunque incluía otros sectores.
Las potencias emergentes reunidas en los BRICS lanzaron la semana pasada un banco para financiar proyectos de infraestructura, mientras que China ha puesto a disposición de la región un fondo de USD 20.000 millones. Bachelet se reunió con el presidente chino Xi Jinping, pero no especificó si Chile recurrirá al capital chino.
Economistas coinciden en que esta renovación es una tarea pendiente, y algunos esperan mayor creatividad en las propuestas.
"Hay dos formas de pensar en infraestructura. Una que se hace cargo de los déficit, ir detrás de la demanda -como ampliar un aeropuerto diseñado para nueve millones de personas cuando ya recibe a 15- y la otra que aumente las fronteras de lo posible" y se adelante a las necesidades futuras de lo que desea el país, concluye Piaggio.