Permita a este plebeyo simularle en su hipocresía, como dice su hijo “ya le conocéis” cuando se desvelaba por la juventud o aseveraba que todos somos iguales ante la ley pues es la hipocresía la que me permita esquivar el camino de la cárcel porque si desvelara con toda sinceridad mis más profundos sentimientos que siento hacia su figura y la familia real sería mi perdición al ser usted una figura intocable de este sistema donde el desacuerdo y la resistencia pasiva son una provocación cuya respuesta sería la porra inmisericorde hasta con el mismísimo Gandhi si hubiese osado alzar su voz contra ustedes, Señores Feudales de la Autocracía; por ello tomo el camino de la ironía para desear que la cacería de elefantes borrachos en Botsuana por 30.000 euros haya merecido la pena pues con 30.000 euros es lo que ingresan muchas familias en rentas de trabajo durante cinco años, eso los que tienen la suerte de trabajar aunque no crea que me parezca un precio elevado dados sus antecedentes familiares; que la estancia y la compañía hayan sido agradables, el vuelo en el avión de las fuerzas armadas confortable, la operación sin límite de gasto en el Hospital San José haya salido perfecta mientras que hay pacientes que mueren desatendidos de cáncer por falta de medios o de un derrame cerebral en los pasillos de las urgencias; que las enfermeras sean de su tipo y como tiene tiempo le recomiendo leer la historia de otro gran aficionado a la caza como fue Luis XVI que sentía más aprecio por cualquiera de su perros que por sus súbditos y sus problemas con las cuchillas de afeitar.

Le deseo una pronta recuperación Majestad, pues dicen que usted cuenta con el cariño de la mayoría de los españoles, supongo que serán los que no tienen conexión con Internet, ni acceso a las colapsadas redes sociales que criticaron la cacería, mientras que la mayoría de los partidos políticos callaban como Judas lo hizo cuando le preguntaron si conocía a Jesucristo, el pueblo crucificado por sus despilfarros, por el nepotismo de una clase política que está desangrando el país, a las empresas, a los trabajadores; pero yo no Majestad porque tengo que mantenerme en mi hipocresía y censurar a los que piden que se abre la veda de la caza del Borbón. Debemos mantener la Monarquía, protegerla de los ataques de los grupos anti-sitesma y castigar con la horca quién ofenda al Rey. ¡Dios salve al Rey! y la Justicia que se ocupe de salvar a su yerno y a la Infanta no imputada que son tan terrenales como el barro o la mierda de elefante.