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Existen diferentes maneras de endeudarnos, y a pesar de que toda deuda es un pasivo en nuestro balance financiero personal, podemos distinguir entre la deuda buena y deuda mala
En términos generales, el concepto deuda buena se utiliza para definir la adquisición de activos o conocimientos que añaden valor a nuestra vida; mientras que el término deuda mala se utiliza para la compra de objetos que pierden valor con el tiempo o que no necesitamos.
A continuación se exponen algunos ejemplos de los diferentes conceptos de endeudamiento.
DEUDA BUENA
- Financiación de estudios, carrera universitaria, estudios de postgrado, máster etc.
- Compra de activos que nos generen ingresos, como por ejemplo la adquisición de un inmueble para alquilar, y que además incremente su valor con el paso del tiempo.
- Inversión en negocios que generen rendimientos positivos y superen los intereses del crédito.
- Reformas para una casa que incremente el valor de la misma en el largo plazo.
DEUDA MALA
- Financiación de un automóvil nuevo que pierde gran parte de su valor a lo largo del tiempo.
- Compra de productos con la tarjeta de crédito que no necesitamos o no nos podemos permitir (electrodomésticos, ropa, accesorios).
- Financiación de servicios que consumimos en el momento y se tienen que seguir pagando durante mucho tiempo después, por ejemplo las vacaciones.
- Las compras realizadas por impulso y financiadas por lo general tienen resultados nocivos.
A pesar de que existe esta distinción entre los términos “deuda buena” y “deuda mala”, debemos tener en cuenta que todo tipo de endeudamiento supone realizar una correcta planificación financiera personal para evitar el sobreendeudamiento. Debemos hacer un uso responsable del crédito y conocer perfectamente nuestro flujo de efectivo disponible y nuestra capacidad de endeudamiento para no poner en peligro nuestra situación financiera.
Por ello, antes de recurrir a cualquier tipo de financiación, debemos preguntarnos si realmente necesitamos ese producto o servicio ahora o más adelante, si podremos realizar los pagos mensuales o cuanto menos nos costaría si lo pagásemos en efectivo. También debemos tener en cuenta los tipos de interés que nos van a cobrar por prestarnos el dinero y demás gastos.
No todas las deudas son malas, la diferencia es lo que hagamos con ellas y lo que nos produzcan. La deuda buena sólo es la que pone más dinero en nuestro bolsillo.
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