¿Cómo no apasionarse con la historia del peronismo? El kichnerismo en ese sentido, sigue esa línea, como un libro que nadie va a terminar de escribir y le agrega condimentos fantásticos para desconcierto de los profesionales de las ciencias sociales. Si uno repasa los condimentos de ella, los múltiples perones (que al fin y al cabo era el mismo), la Hada buena (Evita), la cabaretera devenida en presidenta (Isabel), el brujo sediento de sangre y de poder (Lopecito), la jotape con todos sus ingredientes variopinto (Troxler, Brito Lima, Envar El Kadri), las organizaciones armadas, el cura villero con la pinta de James Dean (el padre Mujica), etc etc. Sumale a esto la historia del kirchnerismo, que sin dejar de sorprendernos despues de entregarnos a Nestor y a Cristina, nos pone en escena, así como diría Arlt "como un cross en la mandíbula" a Máximo. El tipo habló y yo me sentía en el Ateneo de 1983 cuando un Nestor con sobrepeso un poco nervioso, como si fuera a dar las primeras palabras al publico, era presentado brevemente por una joven Cristina. Claro, ayer el que lo presentó brevemente fue el Cuervo Larroque, en 1983 la historia del kirchnerismo ni siquiera estaba en pañales, en el ateneo apenas habría unas cien personas. Ayer, en La Paternal, Maximo habló ante 40000 personas que entendían que Maximo era el lider. Despues del discurso, ya saben que realmente lo es. Durante mucho tiempo, y sobretodo luego de la ausencia de Nestor, su silencio empezaba a incomodar. Apenas teníamos conocimiento desde la entrevista que le hicieran para la película "Nestor Kichner" y también de leerlo desde el libro de Sandra Russo. Sobre todo a partir de esta última fuente uno ya podía saber que el tipo se nutrió bien políticamente de su familia. Pero faltaba la liturgia peronista, y eso sucedió ayer. Hoy en un recuadro de Página/12 tomaron algo así que un militante de Mataderos decía "Viste? es igual a Néstor. Piel de gallina", yo había dicho exactamente esas palabras, pero fue una percepción general. Todos nos quedamos pasmados ante Maximo que gesticulaba y tenía el mismo problema de dicción que Néstor. Que ordenaba los cuadros, que bajaba línea, sin perder la humildad. Como Néstor. Eso que muchos no lograban hacer y es un abc de la conducción política. Carisma, como solía distinguir Weber. Máximo desde la sencillez, desde la emoción, dio algo que Cristina ya no podía hacer por su rol: ordenar, darle sentido y coherencia a miles y miles de militantes. Y eso lo logró no porque sea "el hijo de..", hay algo más, algo que no lo podés explicar. Fue estar en el lugar y en la hora señalada. Vamos, ¿quién podría haber esperado algo de esto? Máximo en media hora de discurso, pateó el tablero, descalabró la agenda de la menudencia política en el momento indicado. ¿Fue una decisión estratégica? Sin dudas, y ahora el escenario político cambia, por más que su intención no haya sido esa. Porque ya no hay vuelta atrás, esto es un camino de ida. Las calumnias de los cagatintas van a cambiar y a radicalizarse: la creación de la imagen del gordo, vago, alcohólico, jugador de play y drogadicto que tanto le gusta endilgarle a Máximo el sector más reaccionario va a transformarse en un ataque más directo y violento. Eso, desde el circulo interno, lo tendrán en cuenta. Por algo él aclaró varias veces que "no le importan los ataques a su persona". ¿Cómo sigue todo esto? ¡Que se yo! Qué pregunta futurológica tan pelotuda! Lo único que podría decir es que lo de ayer fue inolvidable e histórico, y la aparición en escena del ¿nuevo Néstor? (al menos en los gestos y en su dicción, no lo quememos que sería como comparar a Messi con Maradona) brinda un nuevo aire y despeja el horizonte bastante nebuloso para el kirchnerismo, tantas veces inmiscuidos en la coyuntura (y con razón).Sin más, transcribo la carta de Hebe a Máximo

CARTA A MÁXIMO KIRCHNERQueridísimo y amado Máximo:A casi 24 horas de haber escuchado tu discurso, todavía estoy emocionada y orgullosa. Es verdad, te pareces a tu papá: en los gestos, en la cara, pero como todo ser humano sos único, y me di cuenta porque te observé todo el tiempo.

Estoy media enferma, he tenido un accidente y no pude estar con ustedes, pero observándote sentí la emoción enorme de que te mostrabas como eras, que no habías ningún doblés en vos. Cuando estabas emocionado, tus ojos se llenaban de lágrimas; cuando te costaba hablar, pedías ayuda; y el final fue majestuoso. Hoy escuché todo el día la radio y no quiero exagerar, pero creo que más de la mitad de los argentinos aprendimos un montón con tu discurso. No sé qué poeta o qué filósofo dijo que uno aprende mucho en los silencios. Yo creo que más de la mitad del país estuvimos en silencio para escucharte y la verdad que valió la pena: muchos lo escuchamos dos o tres veces. Tu propuesta, tu firmeza, me encantó eso de volver a las calles si es necesario. Claro que sí, nosotros somos capaces: desde ahí venimos. Desde las plazas, desde las calles, desde las veredas, desde los barrios más pobres. Desde ahí.Desde este lugar de recuperación, te quiero mandar el abrazo más grande, el orgullo más sincero de que La Cámpora tenga miles de compañeros. No sé cuántos: cuarenta, cincuenta, cien mil, doscientos mil.También sé que como las frutas de un árbol, cada uno madura en un tiempo diferente. Porque a veces cuando la fruta madura toda de golpe, se pierde, porque no se aprovecha. Sigan madurando, sigan peleando, sigan sintiendo la política como la mejor parte de cada uno de ustedes y espero prontito poder abrazarte.

Hebe de Bonafini

Presidenta de la Asociación

Madres de Plaza de Mayo.