Normalmente realizo las compras en la misma calle comercial, pues están todas las tiendas que suelo frecuentar donde encuentro el estilo de ropa que más me gusta, además de visitar algunas tiendas de decoración para cambiar, de vez en cuando, algunos aspectos de la casa, saliendo un poco de la monotonía del hogar.

Hacía unos días que veía a varias personas trabajando un local vacío, ambientándolo adecuadamente para inagurar una tienda, pero no había alcanzado a ver de qué se trataba exactamente, aunque el cartel que colgada de su fachada se daba a pensar que sería un sexshop o alguna tienda relacionada con este sector.

Efectivamente, la nueva tienda era un sexshop y, por lo que se podía apreciar, entraba bastante gente para curiosear un poco, aunque la gran mayoría salía con una bolsa, así que el negocio había empezado con buen pie y no era para menos, pues el ambiente era muy agradable gracias a los diferentes aromas que se percibían de las velas aromáticas que tenían a la venta y de otros productos que desprendían riquísimos olores.

La tienda no era demasiado grande pero contaba con una gran variedad de productos que causaban sensación entre la clientela, no sólo por la calidad de los mismos sino por los magníficos precios y las grandes ofertas, haciendo de la apertura todo un éxito.

Nunca había entrado en un sexshop, pero estoy completamente segura de que esa es la primera de vez de muchas otras, ya que encontré muchos artículos y juguetes que animarán mis relaciones sexuales. Para empezar adquirí una lencería muy sencilla pero a la vez sexy para impresionar a mi pareja, además de comprar algunos lubricantes de sabores para probar nuevas sensaciones. En la próxima compra me decantaré por algún juego de pareja que haga de la experiencia algo divertido y emocionante.