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La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel, por desgracia cada vez más frecuente y que suele manifestarse en los primeros meses de vida del bebe. Aunque la dermatitis atópica no es una enfermedad grave, sí que es realmente molesta por diversos factores:
En primer lugar por el gran picor que ocasiona. Para todos aquellos papás que tenéis un niño o un bebé con dermatitis atópica os puedo asegurar que no es fácil evitar que vuestros bebés se rasquen. Imaginad el picor de una picadura de mosquito pero multiplicado por 100, y que además con una zona de afección mucho más extensa.Este picor intenso que durante el día se puede intentar controlar, por la noche puede ocasionar rascados intensos ocasionando lesiones en la piel.
En segundo lugar, por el dolor y escozor que se genera a raíz de las heridas causadas tras el rascado generalmente en zonas como manos, dedos, pies, corvas de codos y rodillas, aunque puede aparecer en glúteos, caras internas de los muslos...
Por desgracia la dermatitis, atópica es una enfermedad autoinmune que no tiene cura, pero existen maneras para paliar los síntomas y evitar la aparición de brotesLos corticosteroides tópicos son muy eficaces para tratar los brotes una vez que ya han aparecido y por ello, suele ser el tratamiento médico que prescriben los médicos en adultos o niños más mayores, pero al tener multitud de efectos secundarios no es recomendable cuando queremos tratar la dermatitis atópica en los bebés o en niños pequeños.
Por tanto lo mejor en la dermatitis atópica es evitar la aparición de brotes, siguiendo las siguientes recomendaciones:Es probable que los síntomas vayan mejorando con la edad, y al final vayan apareciendo cada vez menos brotes y más localizados, pero sobre todo os recomendamos mucha constancia y paciencia.