Pero en muchas naciones reprimen la libertad de expresión condenando a personas que defienden los derechos Humanos. Arrestan y torturan a decenas de defensores de Derechos Humanos. Destacados defensores de los Derechos Humanos fueron declarados culpables de cargos falsos y los sentenciaron a casi tres años de prisión. Incluso hasta asesinaron a un prominente defensor de los derechos humanos en Somalia.

Se ataca y amenaza a defensores de los Derechos Humanos y restringe la libertad de expresión y de asociación. Hay gobiernos que emplean disposiciones de la Ley de Prensa antiguas para censurar a los periódicos y limitar la libertad de expresión. Reprimen la disidencia política, presionan o cierran medios de comunicación independientes y acosan organizaciones no gubernamentales. Dispersan con uso de la fuerza manifestaciones públicas pacíficas y amenazan y atacan a abogados, defensores de Derechos Humanos y periodistas. Desde el año 2000, siguen sin resolverse los asesinatos de diecisiete periodistas, todos críticos de las políticas y acciones gubernamentales.

Como expresó L. Ron Hubbard, hagamos que los Derechos Humanos sean una realidad y no un sueño idealista.

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